Y después, ¿qué?
Mucho se ha hablado esta semana sobre el presente y el futuro inmediato del Club Deportivo San Fernando. Los rumores se han disparado entre los aficionados y eran muchos los que, incluso, vaticinaban la salida inminente del actual grupo gestor, con Delfín Cañas y Ángel Serrano a la cabeza. Con el mensaje lanzado ayer por el director general todo parece indicar, al menos de sus palabras se desprende, que el presente está en vías de solucionarse. Pero, ¿y el futuro? ¿Qué va a pasar después del 15 de junio? ¿Qué somos y hacia dónde queremos ir?
Actualizado: GuardarA lo largo de estos seis últimos años se ha respirado siempre un ambiente de grandeza. El objetivo de convertir al San Fernando en un club señero y ascenderlo de categoría ha sido siempre la consigna sobre la que se han basado los diferentes proyectos, todos impregnados de dosis desmedidas de ilusión.
De la ambición se ha pasado a la voracidad. Lo hemos devorado todo. El fútbol no ha premiado el trabajo realizado las últimas campañas, lo que ha provocado que se haya pasado de ser un club con serias pretensiones de crecimiento a otro sediento de éxito que tiene que encontrar el agua como sea. Conforme han ido desfilando las temporadas y los fracasos deportivos, ha ido desgastándose la moral, y eso hace pensar sólo en metas cercanas. Hay que ascender como sea.
Pero en esta sociedad cortoplacista se quedan muchas cosas en el tintero -los famosos 400 euros de Zapatero no van a solucionar la vida de nadie-, y es un ejemplo de lo que está pasando. Probablemente, como bien dijo Serrano en su intervención, éste sea «nuestro año». Seguramente, y la suerte así lo quiera, el ascenso a Segunda B se produzca a mediados del mes de junio.
Y después, ¿qué? En la memoria colectiva queda la pasada aventura del equipo azulino por la categoría de bronce, que apenas duró dos años y que dejó a la entidad muy tocada. Por ello, habría que aprender de los errores y preguntarse qué queremos ser. Nada claro hay sobre lo que pasará si se asciende a Segunda B o si el equipo se queda en Tercera. Si se estudiarán vías como la conversión en Sociedad Anónima en caso de dar el salto de categoría. Si se apostará por la austeridad o por un nuevo gran desembolso. Ni siquiera se sabe quién estará al frente. Nadie se pregunta cuál es el plan, cuál será la filosofía a seguir. Y para hacerse grande es vital tener claro el camino.