Clinton celebra su victoria en Pensilvania. /REUTERS
carrera hacia la casa blanca

Clinton mantiene la pugna con Obama tras ganar en Pensilvania

A falta de los datos definitivos, Obama tiene 1.455 delegados frente a los 1.290 de la ex primera dama

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Sonó la música de Rocky y Hillary Clinton subió los escalones del escenario de Filadelfia en el que ayer clamó victoria. “No, I won´t back down”, cantaba Tom Petty en otro de los temas elegidos para certificar que la ex primera dama no se rendirá, como dice la canción.

“Algunos me eliminaron y pidieron que me retirase, pero el pueblo estadounidense no se pliega y merece un presidente que tampoco lo haga”, proclamó. Con la holgada victoria de diez puntos que ha sacado sobre Barack Obama (55% a 45%, con el 93% del escrutinio), Clinton se ha ganado el derecho a permanecer en la contienda hasta el final. A los demócratas preocupados por el daño que este duelo pueda hacerle al partido en las generales de noviembre sólo les queda rezar para que los 'superdelegados' se decidan cuando Montana y Dakota del Sur bajen el telón el próximo 7 de junio.

La victoria de Hillary es, sobre todo, un golpe psicológico, porque con las 46 primarias o 'caucus' que se han celebrado hasta hoy su rival sigue por delante en voto popular y número de delegados. Le acompañaron en esa dulce victoria su madre, su marido y su hija, que en las últimas siete semanas se han dejado la piel en los pueblos de Pensilvania en el que se hunden sus raíces.

Con esta imagen familiar se ha llevado de calle a la Pensilvania rural, donde la han votado un 58% de los propietarios de armas, un 68% de los católicos, un 61% de los jubilados y un 64% de las mujeres. Obama sólo podía presumir de haber sido finalmente aceptado de pleno por sus hermanos de color, entre los que obtuvo un 92% de los votos.

El candidato de la esperanza intuía la derrota. Horas antes de que cerrarán las urnas su avión voló hasta Indiana, adonde se ha trasladado la presión de estas elecciones. El próximo día 6 este estado vecino de su feudo de Illinois, con una población obrera muy parecida a la de Pensilvania y Ohio, tendrá la palabra, junto a Carolina del Norte. Ahora es Obama quien necesita ganar a lo grande para mantener el pulso.