Militares somalíes preparan un asalto al buque mientras España intensifica la labor diplomática
Moratinos, que anoche desconocía los planes de las autoridades africanas, advierte de que «el objetivo es no poner en riesgo la vida de los marineros»
Actualizado: GuardarLa embajada española de Nairobi, en el tercer piso de un céntrico bloque de negocios, vivía ayer horas intensas. Ya saben algo de secuestros en Somalia, tras afrontar el año pasado el de dos cooperantes, una experiencia que ahora cobra valor en el caso del pesquero Playa de Bakio, secuestrado el domingo por piratas con 26 personas a bordo: ocho gallegos, cinco vascos y trece africanos. La información de su paradero exacto sigue siendo confusa, sólo se sabe que ha fondeado en aguas de este país. Se hablaba de la ciudad de Obbia, pero ayer también se citó Garad.
Somalia es un país imposible, roto, inmerso en un reino de taifas medieval, con señores de la guerra armados hasta los dientes. En Mogadiscio, la capital, la ONU sólo tiene dos personas. En las zonas más seguras del país están presentes algunas ONG y organismos internacionales, pero la mayoría trabajan con personal local y sólo hacen viajes rápidos de vez en cuando para comprobar la situación. La embajada española en Kenia es quien está llevando en primera línea la gestión de la crisis, en coordinación con el gabinete creado en Moncloa y presidido por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. Ayer, hubo un paso decisivo. Según fuentes del Ejecutivo, el embajador, Nicolás Martín Cinto, va a viajar a Mogadiscio para llevar personalmente la negociación. Según explicó el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, su misión es «establecer todos los contactos con las autoridades somalíes para facilitar la liberación de nuestros pescadores».
«Es un viaje peligroso»
El jefe de la legación española viajará escoltado por miembros del GEO. No obstante, a última hora de ayer el embajador se encontraba aún en Nairobi, confirmaron fuentes diplomáticas. Desde el propio barco, a través de la llamada telefónica a su padre de uno de sus tripulantes, el guipuzcoano Mikel Arana, llegaba la noticia de que los piratas esperaban la llegada de «un mando para negociar». El desplazamiento del embajador, en cualquier caso, significa que hay un interlocutor y una negociación abierta. No es poco.
La situación es delicada y volátil, y prueba de ello es que a media tarde de ayer irrumpió en escena otro actor. El Gobierno de Puntland, uno de los tres territorios en que está dividida de facto Somalia, anunció que puede intentar un asalto al barco español para detener a los piratas. «Hemos mandado a nuestros militares y esperamos que lo liberen con éxito», declaró el ministro de Seguridad de Puntland, Abdullahi Said Samatar, según informó la agencia Reuters. Estas fuerzas habían liberado horas antes un buque de Emiratos Árabes, también secuestrado, y arrestaron a siete piratas, que serán ejecutados. Las autoridades de este lugar pretenderían hacer lo mismo con el Playa de Bakio. Horas más tarde, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, negaba tener conocimiento de ninguna acción militar de fuerzas somalíes para liberar el barco.
Colaboración
«Nuestro objetivo es no poner en peligro la vida y la integridad física de nuestros ciudadanos», reiteró. Sobre la confusión creada, Moratinos precisó que Somalia «tiene una estructura política compleja, yo con quien he hablado es con el primer ministro, Nur Adde Hassán Hussein». A lo que se refiere el ministro es al caótico estado de cosas de Somalia, con tres gobiernos distintos que se dicen los auténticos. Es la última mutación desde la descomposición del país en 1991. Uno está en Puntland, la punta de Somalia, el territorio más fuera de control y de donde ayer partió el extraño anuncio. Otro en Somaliland, al oeste, más estable. Por último, al sur, se halla la zona de Mogadiscio, en guerra abierta, bajo dominio del Gobierno Federal de Transición (GFT)de Somalia, que en teoría es el poder legítimo. Es con estas autoridades con las que ha habido contactos desde Moncloa y ya han dicho que van a prestar plena cooperación. Esta actitud es fundamental en un punto: la entrada de la fragata Méndez Núñez en aguas territoriales somalíes, pues la GFT es la autoridad legal, según el ordenamiento internacional, y lo. El buque español, que acude en auxilio del atunero, llegará hoy a la zona.