Un fallo de Riise en el minuto 90 permite que el Chelsea rompa el maleficio de Anfield
Un gol en propia meta del noruego John Arne Riise en tiempo de descuento permitió al Chelsea romper el maleficio de Anfield con un empate a uno que confirió a los Blues una ventaja inmerecida frente al Liverpool, ante el partido de vuelta de la semifinales europea.
Actualizado: GuardarUna negligencia varió lo que parecía que iba a ser otro alarde de grandeza europea del equipo de Rafa Benítez.
Al Liverpool no le bastó la contundencia que esgrime en el continente ante un Chelsea demasiado rígido al que la fortuna, en forma de gol en propia meta, salvó de estrellarse, una vez más, con la fortaleza de Anfield.
El fútbol poco vistoso de la escuadra de Londres y el entusiasmo mostrado por los reds hicieron olvidar, momentáneamente las diatribas que mantienen en vilo a los dueños de este emblemático club, los estadounidenses Tom Hicks y George Gillett.
El fuerte blindado en el que se ha convertido este estadio en el continente no fue el escollo imposible para el Chelsea, que evitaba estrellarse por tercera vez contra los reds. Los Blues rompieron el maleficio ayudados involuntariamente por su anfitrión.
Ambos comenzaron con cierta torpeza. Toque de balón, juego táctico y pocos riesgos. Fue, básicamente, un primer acto carente de la vistosidad que se vio en los cuartos de final. Está claro que el juego del Chelsea poco se parece al despliegue de sofisticación del Arsenal. En este primer tiempo, ninguna formación ocasionó momentos de verdadera amenaza, con abundancia de jugadas trastabilladas y sin precisión de planteamientos. Fue a partir de la media hora cuando el Liverpool comenzó a mostrar algo más de carácter; y el momento escogido por el español Fernando Torres, la máquina goleadora de Anfield para hacer notar su presencia.
Pero al final el destino se burló del Liverpool y ni siquiera The Kop pudo revertir la situación. Un gol en propia meta del noruego John Arne Riise dio al Chelsea el empate y una ventaja inmerecida.