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Clinton y Obama disimulan sus diferencias para no dar bazas a los republicanos

Ninguno de los dos contrincante se dará por vencido. Ármense de paciencia porque los candidatos demócratas Hillary Clinton y Barack Obama esperarán hasta la convención demócrata del próximo agosto para decidir quién cede el puesto al otro. Al menos así lo afirmó el senador de Illinois, quien añadió que para entonces «el partido se mostrará unido».

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Buena parte del debate la noche del miércoles, a seis días de las primarias en el crucial estado de Pensilvania, estuvo dedicado exclusivamente a resolver rencillas entre ambos. Clinton criticó con entusiasmo el comentario que hizo Obama recientemente sobre que, en tiempos difíciles, la clase obrera se aferra a las armas y la religión por «amargura». La senadora no dudó en calificar el comentario de «insultante» mientras Obama se defendió diciendo que fue sacado de contexto. Además, el joven senador recordó a Clinton que ella también había sido malinterpretada en el pasado, en referencia a su visita a Bosnia en 1996, donde la ex primera dama dijo haber sido amenazada por francotiradores.

Sin embargo, los dos candidatos comenzaron el debate organizado por la cadena ABC exigiendo una petición: no contestar quién de los dos podría ser nombrado vicepresidente si el otro se hace con la Casa Blanca. La senadora de Nueva York dejó claro que pese a la multitud de diferencias que mantiene con Obama, hay que destacar que «éstas son mínimas si las comparamos con las de McCain», el nominado del partido conservador para luchar por la presidencia de EE UU.