ANDALUCÍA

Chaves, reelegido presidente para un sexto mandato con los únicos votos del PSOE

PP e IU votan 'no' a la investidura del mandatario andaluz, que reitera su oferta de diálogo Arenas critica que algunas de las ofertas de consenso se repiten desde hace 18 años

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Los diputados expresan el sentido de su voto a viva voz. El sí se oye en 56 ocasiones desde los bancos del grupo parlamentario socialista, mientras que el no, sólo en 52. La negativa proviene de los 46 representantes del PP -faltó uno por enfermedad- y de la media docena de miembros de IU. A las seis y tres minutos de la tarde, Manuel Chaves certifica de manera oficial su reelección como presidente de la Junta de Andalucía, cargo que va a desempeñar por sexto mandato consecutivo. El presidente dará a conocer mañana sábado la composición de su nuevo gobierno, aunque los nombres se sabrán hoy a medida que lo comunique a cada uno de los nuevos consejeros.

La mayoría absoluta que logró el PSOE en las elecciones autonómicas del pasado 9 de marzo dejaba poco margen para la sorpresa. Ayer, bastó con la primera votación para que Chaves, que tomará posesión de su cargo mañana sábado, lograse su objetivo tras escuchar y responder las críticas esbozadas por Javier Arenas y Diego Valderas, presidentes de los grupos parlamentarios Popular y de Izquierda Unida, respectivamente.

El flamante presidente de la Junta mantuvo sus seis propuestas de consenso, pese al voto negativo de PP e IU. Una decisión que asegura respetar y que confía en que no enturbie su oferta de diálogo.

Uno de las primeras felicitaciones que recibe Chaves es la del propio Arenas. Un apretón de manos que no borra la imagen de dos adversarios que prolongan su enfrentamiento electoral, pese a que hace mes y medio que hablaron las urnas. Chaves y Arenas prolongaron durante el debate de ayer su enfrentamiento electoral. Es más, casi en el primer minuto de esta octava legislatura, los líderes de PSOE-A y PP-A se emplazaron para verse las caras en los comicios de 2012.

El uno se anticipa al movimiento del otro. Se reprochan argumentos de otras batallas políticas, y han sido muchas desde 1994-. El tono -por momentos conciliador, por momentos arisco- rememora al que emplearon en el debate a dos que protagonizaron en Canal Sur. Firme, pero sin caer en la crispación ni en las descalificaciones personales.

Ausencia prolongada

Fuensanta Coves, presidenta del Parlamento, da la palabra en primer lugar a Javier Arenas. Hace doce años que interviene desde ese atril, tras su periplo en la política nacional. Debe responder el discurso que ofreció Chaves en la mañana del miércoles, pero primero saca pecho por los que considera los «mejores resultados» de la historia del PP en Andalucía: 1,7 millones de votantes y diez parlamentarios más que en 2004. «Hemos superado el listón que separa a un partido de la oposición de lo que es una alternativa real de gobierno», sentencia Arenas.

El líder del PP, ya mentido en faena, acusa al candidato socialista de no aportar ni una sola idea nueva durante su discurso investidura. Califica esa intervención de carente de ideas nuevas y de intemporal. Arenas reprocha a Chaves que plantee, legislatura tras legislatura, los mismo objetivos, «mientras que permanecen los mismos problemas sin que se den soluciones y se planteen reformas», subraya.

El máximo responsable de los populares andaluces pone sobre el tapete las reformas que él considera necesarias para que Andalucía avanza y que son, en síntesis, las mismas que esbozó durante su campaña electoral. La no coincidencia de elecciones en Andalucía y la limitación de mandatos del presidente de la Junta son dos argumentos en los que incide.

Pactos

Arenas se muestra partidario de intentar el consenso sobre los temas que propuso Chaves en su intervención del miércoles, pero advierte de que concede la mínima credibilidad a esta oferta.

El presidente del Grupo Parlamentario Popular explica que el mandatario socialista quiere pactar el desarrollo del Estatuto, «pero en el último año no nos ha citado ni una sola vez, para tal fin, y eso es que el Estatuto es tan suyo como nuestro». Sobre el pacto en torno a la reforma de la justicia dice que es muy necesario, pero le recuerda a Chaves «que ya lo ofreció hace ocho años y no ha hecho nada». Lo mismo ocurre con la oferta sobre Pacto Local, que los socialistas ya habrían anunciado hace 18 años. En cuanto a la financiación autonómica o a la elección del director general de la RTVA (Canal Sur), Arenas indica que los socialistas han dejado claro que no tienen interés de que ese acuerdo se produzca. Manuel Chaves lanza su ataque en la primera oportunidad de réplica. Considera inaudito que Arenas hable de los mejores resultados en la historia del PP andaluz, por un motivo claro: «El PSOE ha ganado las elecciones por mayoría absoluta tras 26 años en el poder». Un argumento que le sirve para ironizar: «Ustedes son lo nuevo y nosotros, lo viejo; pero cada vez que pierden unas elecciones dicen que la próxima será la del cambio, lo malo es que eso lo llevan diciendo desde 1994».

Desparpajo

Chaves reconoce que Arenas tiene «desparpajo» a la hora de hacer estos análisis. «Usted es capaz de vender una moto averiada y lograr que alguien se la compre», apunta el presidente andaluz. El mandatario socialista incide en que el PP mantiene una visión negativa de Andalucía y le augura nuevos fracasos. «Usted me quiere jubilar de la política andaluza», le comenta Arenas a Chaves en un momento de su rifirrafe. «No, señor Arenas, yo deseo que usted se siga presentado muchas veces, porque siempre ha perdido todas las elecciones a las que ha concurrido», le responderá el líder socialista. Chaves hace continuas referencias a que tanto él como Arenas ocupan el lugar que, libremente, han decidido los andaluces.

Del cuerpo a cuerpo apenas si salen propuestas que aporten alguna novedad a lo ya expresado por Chaves el miércoles. El presidente, no obstante, abre la puerta a una posible revisión de la previsión de crecimiento económico de Andalucía para 2008, que su Ejecutivo fijó en el 3,5 %, aunque se niega a hablar de recesión.