EL COMENTARIO

Escaños a la baja

Inicia el presidente Zapatero su segundo mandato sin deudas que abonar por ayudas parlamentarias. Sólo los escaños socialistas le renovaron ayer su confianza, aunque durante la sesión bis de investidura se vio que una mayoría de portavoces controlaba difícilmente sus anhelos de sellar algún pacto con el Gobierno, sobre todo porque el Gobierno, en labios del investido presidente, reiteraba que el diálogo y el acuerdo serán lemas importantes de su acción política. En casi todas las legislaturas, incluso en las de mayoría absoluta del PSOE, los votos de los nacionalismos históricos, PNV y CiU, se cotizaban a buen precio. Sólo en la segunda legislatura del PP, la de mayoría absoluta, los nacionalismos vasco y catalán se sintieron total o parcialmente preteridos. Desde hoy vuelven a cotizar en bolsa, aunque sin despegar al alza. Ayer insistió Zapatero en sus ofertas de diálogo a todos los partidos, sin exclusiones. Y el destinatario principal de esas ofertas fue Mariano Rajoy, quien para pactar con Zapatero habría de dominar algunas resistencias en el PP, a lo que parece dispuesto. Al terminar la votación de ayer, Rajoy se acercó al escaño del presidente, que aún estaba en funciones, y le estrechó la mano sin la menor frialdad. Los dos saben que en esta legislatura están obligados a entenderse en asuntos varios, desde la economía al antiterrorismo, desde la Justicia a la política exterior.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Desfilaban ante el investido sus diputados y los portavoces de otros grupos parlamentarios, y en las actitudes del catalán Durán Lleida y del vasco Erkoreka se adivinaba que si hubiera sido necesario su voto, se lo habrían entregado a Zapatero más o menos a ciegas, aunque a pago aplazado. Tras esta investidura por mayoría simple, el escaño nacionalista parece devaluado, en relación a otras legislaturas, y ello seguramente porque el Gobierno no va desarrollar medidas legislativas que requieran mayorías cualificadas, ya que las grandes leyes sociales del zapaterismo se aprobaron en la legislatura pasada. Para situar al alza los apoyos nacionalistas, PNV y CiU esperarían a la Ley Presupuestaria, cuya aprobación requiere la mitad más uno de los escaños, y para alcanzar ese nivel al PSOE le faltan siete votos. Pero en el mercado parlamentario es de esperar que empiece a moverse Rajoy, mediante sus pactos con Zapatero, y uno de ellos, frente a la crisis económica, que parece ir muy en serio, sería el presupuestario, es decir, la aprobación del Presupuestos Generales para el 2009 con los votos de una gran coalición circunstancial. Se iniciaría en cierto modo un tiempo político nuevo, del que se erradicaría la crispación como dialéctica parlamentaria, ocuparían los problemas económicos prioridad en la acción del Gobierno y la cuestión territorial, una vez que España no se ha roto, se equilibrará en el sentido de que el Estado, del que forman parte obviamente las autonomías, defenderá la «centralidad» de su papel. En el mercado parlamentario los escaños reajustan su valor.