Recompensa de la vida
Llevamos un ritmo de vida bastante acelerado hasta tal punto que la sociedad, con los gobiernos y mandatarios que tenemos, está deshumanizada por completo. Por poner un ejemplo, vamos montados en el autobús y no ceden los jóvenes los asientos a los mayores o personas que necesitan ir sentadas, y eso es nada comparado con otras cosas como el dar el saludo entre los vecinos, que vivimos sin conocernos los unos a los otros. Pero si actuamos de otra forma en la vida tendremos recompensa aquí en la vida, que es donde se disfruta de lo bueno y de lo malo y donde también les pasan factura a todas las personas por todo el mal que hayan hecho. En cambio, si has caminado por la vida con la cabeza bien alta y haciendo el bien tendrás una recompensa. Qué mas recompensa que llegar a la ancianidad con salud, ¿habrá algo más valioso que la salud?
Actualizado: GuardarTenemos que pasar por la vida dejando huella y que quede nuestra obra como modelo, como caminó nuestro Señor Jesucristo, pues pasan las generaciones y su obra nunca morirá. Yo también me baso en personas como los músicos, dramaturgos e intelectuales, mundialmente conocidos, que dejan su obra escrita para la posteridad. A esas personas se les va a recordar siempre, eso es dejar huella y siempre estarán en las mentes de toda la humanidad.
Pero si pasamos desapercibidos por la vida, no tiene sentido haber estado viviendo en ella, es como un fruto seco que no ha dado granos para deleite de nuestros paladares; no podemos ser, como dice el Evangelio, sarmiento, sino semilla buena que crezca y vuelva a dejar la semilla creadora en este mundo. La recompensa en la vida no nos viene porque sí, sino que tenemos que trabajar haciendo el bien y ayudando al prójimo como a nosotros mismos, como dice uno de nuestros diez mandamientos de la ley de Dios. ¿Qué maravilla! Tener recompensa en la vida, ¿habrá algo más maravilloso que eso, que irnos de este mundo recompensados y fortalecidos, por la gracia de la Divina Providencia? Yo desde esta misiva os invito a ayudar al prójimo y a orar, que seguro que tendréis recompensa en la vida. La Divina Providencia será vuestra protectora.
Manuel Enríquez Becerra. Sevilla
