El futuro está en sus manos

Cádiz tiene la posibilidad de contar entre los suyos con dos grandes campeones del automovilismo, algo que no ha sucedido nunca hasta el momento. Es un proyecto de futuro. En su regazo están dos jóvenes promesas, Álvaro Otero y José López, que están pisando a fondo para alcanzar lo antes posible su sueño de convertirse en grandes figuras del volante.

Otero lleva un largo camino recorrido. A pesar de su juventud, ya cuenta en sus vitrinas con un subcampeonato de Andalucía, lo que le ha valido para llamar la atención de los mejores equipos del mundo del karting a nivel nacional. Actualmente, compite en las pruebas regionales con el Kart Racing Igalba, mientras que a las carreras de fuera lo hace bajo el nombre de SUR Competición, con sede en Cataluña.

El pequeño campeón gaditano es un adelantado a su tiempo, y ya compite en la categoría cadete un año antes de lo previsto. Su padre, Ignacio Otero, se desvive para que Álvaro pueda cumplir su sueño, y tiene claro que «aunque supuestamente este sea un año de prueba, tenemos que estar entre los cinco primeros como sea».

El pequeño de los López, por su parte, también cuenta con el apoyo de su padre. A sus siete años -en agosto cumplirá los ocho- ya lleva mucho tiempo a bordo de un kart y empieza a dar sus primeros pasos en el mundo de la competición. No obstante, su valentía al volante le ha valido para que dos equipos de renombre, Intrepid y Tony Kart, se hayan interesado en contar con sus servicios. «Vamos a probar con Tonu Kart en la prueba del Andaluz en Córdoba, porque nos ha gustado la forma de trabajar. En la última carrera en Huelva ganaron en junior y quedaron terceros en cadete», relata su padre.

Y es que la mala fortuna se cebó con estos dos pequeños ruiseñores en la última prueba del Campeonato de Andalucía, celebrada el pasado fin de semana en Cartaya. Otero demostró su calidad en los entrenamientos libres, gracias a sus nuevos chasis Merlin y al apoyo de SUR Competición. En la cuarta posición de la parrilla y sin haber utilizado las gomas nuevas, todo parecía ir sobre ruedas. Pero nadie se esperaba lo que ocurrió en los entrenamientos oficiales. El carburador se descebó y cedió un tornillo del eje trasero, por lo que sólo pudo clasificarse en la posición 21. No obstante, sus ganas de triunfar le hicieron remontar posiciones y acabó la carrera en el undécimo lugar.

López, por su parte, no supo hacer frente a su primera carrera en una pista engomada y sufrió la inexperiencia de realizar inadecuadamente las trazadas. Llegó a colocarse cuarto en algunas fases de la carrera, pero el coche se le iba frenando progresivamente y tuvo que conformarse con acabar en octava posición.

A por todas

«Todo el mundo quiere llegar a lo más alto». Frase lapidaria con la que afrontan el futuro estos dos campeones. Otero tiene claro que quiere vivir de esto y llegar, al menos, a la Fórmula 3.000. López, por su parte, quiere probar hasta dónde puede llegar. No tiene límites. Maestro y discípulo. Los Otero ayudan a los López en todo lo que pueden, formando un equipo que espera traspasar fronteras y llevar el nombre de Cádiz lo más arriba posible.