Una pareja poco ortodoxa
Nacho Vegas y Christina Rosenvinge presentan esta noche en El Puerto su fórmula de pop vanguardista
Actualizado: GuardarCon una dilatada carrera en la escena del rock alternativo, Nacho Vegas y Christina Rosenvinge son dos pesos pesados, ambos pioneros de la música indie nacional que, movidos por su insaciable afán creativo y experimentador, han decidido fusionar estilos y sonidos para crear una obra intimista sin precedentes: el miniálbum Verano Fatal, un trabajo que esta noche desgranarán en El Puerto y que conjuga sensibilidades y desentraña un sinfín de anhelos, miedos y frustraciones. En cuanto al título, encierra un gran sentido del humor. «Hace referencia a nuestro encuentro en Gijón el verano pasado. Fue un antiverano porque ambos estábamos metidos en la música, sin apenar tener contacto social», explica Rosenvinge, con quien Vegas se moría por colaborar desde hace años. «Soy un gran fan suyo. Me encanta su forma de escribir y sobre todo interpretar las letras, con una fragilidad y dulzura únicas».
Por su parte, la ex integrante de Álex y Christina y Christina y Los Subterráneos -sus primeros proyectos musicales desde que iniciara su carrera en los dorados 80- reconoce admirar la forma de componer de Vegas, esa manera de introducir «pequeñas historias dentro de un formato de canción». Y es que, a parte de su férrea carrera musical, el cantautor ha iniciado con éxito su vena literaria gracias a la publicación de Política de Hechos Consumados (Limbo Starr, 2006), su primer volumen de relatos, poemas y monólogos en los que plasma miedos, ansiedades y carencias.
En cuanto a la actual crisis musical, Rosenvinge reconoce que la «industria se ha matado a si misma» y lo más sangrante es que «los músicos están perdiendo posibilidades a la hora de grabar discos, ya que al no haber dinero, todo se hace de forma más precaria». Asismismo, con el formato MP3, el sonido pierde matices y calidad.
Éxito en iTunes
Tras la publicación de Verano Fatal, el disco logró colarse en la lista de los diez primeros álbumes rock de iTunes y el segundo de iTunes Plus. Para la cantante, supone el primer trabajo desde su vuelta a España, después de que en 2006 cerrara su trilogía de Nueva York con Continental 62 -uno de los vuelos que une la ciudad de los rascacielos con Madrid-.
Por su parte, Nacho Vegas, que empezará a grabar su nuevo disco en solitario este verano, ha intercalado el proyecto con otros igual de sugerentes como su colaboración con Enrique Bunbury -El Tiempo de las cerezas- y Lucas 15, grupo que comparte con Xel Pereda y con el que ha adaptado el cancionero popular asturiano en clave rock.
Al lanzar la vista atrás, Vegas reconoce que su principal éxito ha sido «hacer siempre lo que uno quiere, un deber moral». Para Rosenvinge, su mayor orgullo es «hacerlo cada día mejor». Por otro lado, confiesa tener aún una cuenta pendiente: «hacer un disco de versiones. Lo que ocurre es que cada vez que he ido a hacerlo, me encontraba con que tenía muchas canciones nuevas y al final sacaba un nuevo trabajo».
En cuanto a la necesidad de adaptarse a las nuevas tendencias y la presión que a veces sufren los artistas veteranos de reinventarse para no morir, Nacho Vegas sostiene que es algo natural y el principal ejemplo no es otro que Bob Dylan. «Es el más grande. Ha hecho discos muy diferentes y todo son obras maestras». Sobre la posibilidad de tocar otros palos y sumergirse en sonidos nuevos, el ex de Manta Ray desvela que se siente atraído por muchos estilos, como por ejemplo el reggae.
alenador@lavozdigital.es