RUTINA. Varios operarios despiezan un ejemplar de atún rojo para su posterior venta y consumo. / L. V.
Sociedad

'Viagra' para los atunes

La UCA participa en un proyecto para mejorar, mediante el uso de hormonas, la cría de atunes rojos en cautividad

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Una cosa es mantener a cientos de atunes de 200 kilos en un pequeño corralito de mar y conseguir que ni se escapen ni se mueran y otra, muy distinta, es hacer que críen como si estuviesen en libertad. Ese es el objetivo de un grupo de investigadores de la Universidad de Cádiz, que han iniciado el proyecto SELFDOTT (Self-sustained Aquaculture and Domestication of Bluefin Tuna, Thunnus Thynnus), para mejorar la cría de los atunes rojos en cautividad.

La iniciativa llevará a la UCA a buscar nuevas medidas para garantizar la producción de huevos y larvas viables por parte de dicha especie y contará con la colaboración de científicos de las siguientes naciones: Francia, Italia, Malta, Grecia, Alemania, Noruega e Israel.

Antonio Medina, miembro del Departamento de Biología de la UCA especializado en Zoología y en el atún rojo, explica que la libertad plantea pocos problemas a los hábitos de reproducción de dichos peces. El biólogo indica que, en condiciones normales, las hembras acuden a la superficie al atardecer para soltar grandes cantidades de óvulos que son fecundados por el esperma de los machos que las siguen. Al poco tiempo, las larvas de atún, con el plancton como alimento, ya se valen por sí mismas, aunque las decenas de depredadores que las acechan sólo dejan llegar a la edad adulta a un pequeño porcentaje de estas crías.

Medina aclara que la cautividad perjudica gravemente la capacidad procreadora de los atunes rojos. «El estrés del cautiverio influye en la regulación hormonal de estos peces. De esta forma, los niveles de algunas hormonas caen hasta impedir la liberación de otros compuestos necesarios para la maduración de los gametos (oocitos y esperma)», señala el biólogo.

El proyecto preve someter a los ejemplares a un complejo tratamiento hormonal para compensar dichas carencias. «Insertaremos en los peces, a la altura del músculo de la primera aleta dorsal, un dispositivo que lentamente irá liberando dosis de hormona GnRHa. Dicha sustancia inducirá a la glándula pituitaria de los atunes rojos a producir gonadotropinas, que son las hormonas responsables de que las hembras ovulen y los machos produzcan esperma. Si la medida funciona garantizará la reproducción de forma casi total», detalla el biólogo.

Una vez concluida esta fase, los científicos compararán el estado reproductor de un grupo de ejemplares sometidos a dicho tratamiento hormonal con el de otros atunes rojos no expuestos a la medida, con el fin de establecer las principales diferencias entre ambas muestras.

La investigación también incluye el estudio de distintos aspectos fisiológicos, como la evolución de la actividad de las enzimas digestivas, el desarrollo del sistema nervioso y sensorial o la realización de ensayos con alimentos naturales y piensos para mejorar la nutrición de las larvas.

El proyecto, iniciado hace escasas semanas, cuenta con un presupuesto de cuatro millones de euros, financiados casi en su totalidad por la Unión Europea, y su desarrollo se dilatará durante los próximos tres años. El Instituto Español de Oceanografía se encargará de coordinar la iniciativa, en la que también participa la empresa española Tuna Graso.