LA BOLSA

El festín se topa con la realidad

Ha vuelto a imponerse la prudencia entre los bancos, el sector que, una jornada más, ha jugado un papel esencial en la renta variable. Las advertencias del Banco de España sobre una posible falta de financiación de las entidades, las estimaciones negativas sobre el PIB, que lo sitúan alrededor del 2% en este ejercicio, y las dudas sobre un probable efecto «duradero» -según el propio Gobierno- de la inflación, han pesado mucho más que el optimista análisis de casas como Merrill Lynch, asegurando que «lo peor ya ha pasado» en esta crisis. Y bajo esa disyuntiva, el inversor ha pasado del festín mañanero a la racionalidad vespertina, para que, finalmente, el Ibex-35 ganara un escaso 0,53%, sin que llegara a perder los 13.900.

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Tímido margen, porque el selectivo español lideraba las ganancias en las primeras horas de la jornada, superando incluso los 14.000 puntos, una cota que no alcanzaba desde el pasado 14 de enero. Al contrario que el resto de selectivos europeos, el Ibex-35 fue de más a menos. El comportamiento de la banca definió los movimientos del índice. Las acciones de las entidades financieras se mantuvieron en positivo durante toda la sesión, aunque el empuje inicial -casi todas subían entre un 1% y un 1,5% a lo largo de la mañana- fue sustituido por ganancias moderadas. Los grandes valores, junto con las constructoras, fueron los que empujaron al selectivo español, con Repsol-YPF a la cabeza (ganó casi un 3%).