PROBLEMAS. Fernando Alonso reposta su coche durante el premio de Bahrein.
AUTOMOVILISMO FÓRMULA UNO

La factoría de Renault a examen

El colectivo de Briatore tiene tres semanas para demostrar la evolución del monoplaza

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Tranquilos, mejoraremos», suelta confiado y bravo Flavio Briatore, fantástico vendedor de sí mismo y su producto. «Tranquilos, mejoraremos», responde más cauteloso, hombre calculador, de no pillarse nunca un dedo en los pronósticos, Pat Symonds, el jefe de operaciones.

La escala optimista va descendiendo según se adentra la cuestión en Renault. «Mejoraremos, pero todos los equipos lo harán». Y el hilo llega finalmente a Fernando Alonso, que eligió Renault por su pasado triunfal en la construcción de coches ganadores y se lame ahora las heridas: tres carreras del Mundial 2008, seis puntos, noveno en la general. «Si no mejoramos, sería para preocuparse, porque Fisichella, con un Force India, hizo mejor vuelta que yo en carrera».

La madre del cordero sin respuesta que lo salve. ¿Por qué Renault disponía hace dos años de un monoplaza campeón y en tan breve espacio ha caído su cotización en picado? Briatore no tiene respuesta. No, al menos, convincente: «Nunca puedes saber donde está la verdad de las cosas. Hemos trabajado al máximo y demostrado que dedicación no falta en el equipo. Tal vez la clave habría que encontrarla en el cambio de Michelín a Bridgestone..., aunque no lo sé».

Pero el magnate italiano no tuerce el gesto, no enseña un solo motivo de preocupación. Es un hombre despreocupado que sonríe a la vida. «Si quieres podemos estar seis horas hablando sobre el descenso de rendimiento en el coche, pero nada iba a cambiar. Hay lo que hay. Y lo que tenemos que hacer es trabajar». Su factoría de Enstone (la sede del equipo en Inglaterra) pasa el primer examen de la temporada. Tanto se ha hablado de las mejoras previstas para el R28 en la próxima cita de Montmeló (27 de abril) que todo lo que no sea un rendimiento superior, será considerado un fracaso. En la fábrica inglesa se diseñó el coche que ganó los Mundiales de 2005 y 2006. De ahí debería salir ahora un aportación en aerodinámica, suspensiones y frenos que elevase el tono del R28 en dos o tres décimas. «Un segundo por vuelta es imposible. Estaríamos hablando de un milagro», cuenta Alonso.

El R28 que conducen el español y Piquet tiene goteras en varios tejados. No corre lo suficiente en las rectas, es duro de frenos y tampoco funciona en la amortiguación. Para paliar este último problema, Renault tiene preparado algo parecido al antiguo compensador de masas (el famoso mass damper de 2006). Una batería de remedios que no debe esconder una realidad. Si Renault puede mejorar (o no), los demás también lo harán.

«Tenemos que buscar el nivel que ahora tienen Toyota o Williams (dos de los equipos que quisieron ficharlo en el invierno). Llegar fácil a la Q2, entrar en la Q3. Necesitamos tres décimas por vuelta. Con eso valdría para pelear», dice el asturiano. El mismo mensaje que ya asumió en Australia, en la primera carrera de este Mundial. Sucede que el monoplaza no ha podido experimentar modificaciones por una cuestión espacio-temporal. Viajó de Australia a Malasia en siete días, y de ahí a Bahrein en dos semanas. Imposible realizar pruebas e introducirlas en el coche.

Renault acometerá ensayos en Barcelona la próxima semana, los días 15, 16 y 17. Periodo de rodaje para las incorporaciones técnicas, que no son ningún milagro sino pruebas. Tres semanas hasta la carrera de Montmeló para ratificar la máxima que hacía presumir a Flavio Briatore: «No se nos ha podido olvidar fabricar coches de carreras».