LUCES Y SOMBRAS

Bicentenario

Cuando por primera vez surge la idea de celebrar, como se merece, el segundo centenario de la Constitución de 1812, muchos pensábamos con cierta ingenuidad que se presentaba una ocasión única para recuperar en clave de modernidad parte del esplendoroso pasado de la ciudad que se vincula a nuestro siglo de oro. El fuerte poder evocador del bicentenario de la Pepa alimentaba muchas ilusiones. Desde entonces ha transcurrido algún tiempo y del entusiasmo inicial se pasa a una situación de moderado realismo que a veces se tiñe de escepticismo. Al menos así me lo parece. Quedan cuatro años para la conmemoración de la efeméride y apenas se vislumbra el desarrollo de los proyectos programados. Da la impresión de que algunos de esos proyectos todavía se encuentran inmersos en una especie de nebulosa; que existe, a estas alturas, una determinada ambigüedad en la definición de las propuestas más interesantes.

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Si se realizara una encuesta entre la población para conocer el grado de percepción sobre las actuaciones previstas para el 2012 probablemente nos llevaríamos una sorpresa. Es evidente que se están celebrando toda una serie de actividades relacionadas con el aniversario de la primera constitución española No faltan congresos doceañistas, exposiciones, conciertos de músicas, seminarios y publicaciones diversas que tienen como leitmotiv la primera constitución española. Sabemos que la cumbre de jefes de Estado iberoamericanos tendrá su sede en Cádiz y que el Ayuntamiento pretende potenciar el Festival Iberoamericano de Teatro. Todo eso está muy bien y sin duda es importante, pero intuyo que esta clase de acontecimientos atraen más la atención mediática que la del conjunto de la ciudadanía. Lo que la gente quiere es que bajo el pretexto del bicentenario se pongan en marcha y se visualicen proyectos que contribuyan al desarrollo de la ciudad. Y la verdad es que hasta ahora no se aprecia gran cosa en este sentido.

Las cosas de palacio van despacio, dice un refrán que algunas administraciones parece que se lo toman al pie de la letra. Por ejemplo, el proyecto de la plaza de Sevilla, tan necesario para Cádiz, sigue paralizado por la polémica suscitada en torno al edificio Aduana. El proyecto de la Casa de América está sin concretar y la rehabilitación del castillo de San Sebastián sigue pendiente. El propio alcalde de San Fernando ha manifestado recientemente su preocupación por la lentitud de los expedientes relacionados con la recuperación de los edificios emblemáticos.

Es curioso que en la provincia más castigada por el paro de toda España sea donde más se eternizan las obras públicas. Más de diez años tardó en construirse la autovía Jerez Los Barrios. El estudio de viabilidad del segundo puente se inició hace nada menos que dieciocho años y es ahora cuando se emprende su construcción. Esperemos que no ocurra lo mismo con los proyectos del Bicentenario que pueden correr el riesgo de convertirse en unos cuantos más de los muchos que se debaten en el Foro 1812.