VUELTA DE HOJA

Servicios de limpieza

Los griegos, que según Indro Montanelli, formaban «un país de hinchas», suspendían las guerras cuando llegaban las Olimpiadas.

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Todos sabemos en qué consiste reeducar. Se trata de inducir verdades incontrovertibles que nadie, salvo una pequeña parte de la población, cree que son ciertas. Lo más extraño es que se desee siempre ocultar a los pobres. Se necesita un gendarme por cada mendigo. En la España de la elástica postguerra se enmascaraba a los mendigos por el procedimiento mejor: encerrándolos cuando llegaba algún huésped ilustre.

También estaba prohibido mostrar descampados y solares céntricos. Se ponían grandes tapices para que no pudieran verse ni a los menesterosos ni los cascotes. Todo el mundo se fía de las apariencias, ya que eso es compatible con recelar de ellas. Total que quienes más trabajan en esas épocas históricas son los encargados de los servicios de limpieza.

Se han registrado 180 denuncias de violaciones al derecho de información. ¿Qué querían los huéspedes? ¿Que les programaran excursiones al Tíbet? La imagen que da un país acaba siendo el país, ya que sólo da tiempo a ver su representación. Son otras las medallas que quieren colgarse los organizadores, de ahí lo que tienen siempre de escaparate y de farsa estos grandiosos eventos. Aquí y en Pekín.