Conociendo al personal
POSIBLEMENTE sea un guiño de la madre naturaleza, tan caprichosa, desinhibida e irreflexiva, pero lo cierto es que ha coincidido en el tiempo la revelación de que la ex (consejera de Medio Ambiente) Fuensanta Coves ocupará la presidencia del Parlamento andaluz a lo largo de la inminente legislatura, con la buena nueva, acontecida en las frondosas hojarascas y matorrales de Doñana, del nacimiento de tres crías de lince, fecundadas según la dirección del Parque, por un activo macho de la especie realojado desde Sierra Morena, su lugar de origen.
Actualizado: GuardarNo hay ningún resquicio de sarcasmo en las líneas precedentes, porque ya sabemos, salvo pruebas en contra, que el lince es un felino irracional y ajeno a cualquier sutileza de protesta o júbilo, pero es obvio que la ilustre dama e inminente número dos de la jerarquía institucional de la Andalucía política, doña Fuensanta, tendría que expresar su satisfacción, e incluso legítimo orgullo, por el triple nacimiento, con el inevitable distanciamiento que le impone su tarea de alto arbitraje en la vida política partidaria de esta tierra. Un triple alumbramiento que podría considerarse, contemplando la línea plana y acomodaticia que suele percibirse en el orden político andaluz, como una hermosa metáfora sobre la necesidad de propiciar revulsivos para acelerar el desarrollo de un pulso colectivo anclado en el acomodo, cuando no en la resignación. Así, pues, más ejemplares de linces machos de Sierra Morena para la vida política de la madre Andalucía.
Pero conociendo algo a cierto personal de la madre España y de esta tierra andaluza, hay que estar sensibilizados para atajar, si se llegara al caso, los conocidos tópicos y otros lugares comunes que intentarían convertir la presidencia del Poder legislativo andaluz en un espacio ejecutivo propio de señoras, teniendo en cuenta que a la dama María del Mar Moreno le sucede ahora, en la Cinco Llagas, su correligionaria Fuensanta Coves. Y no es descartable que los primeros proyectiles sarcásticos procedan de los cenáculos mediáticos de la capital del país. Y parece que la afirmación fue de santa Teresa: «el ocio es la madre de todos los pecados».