Una historia d'amore

Todo piloto tiene su circuito talismán. Pero la relación entre el siete veces campeón del mundo Valentino Rossi y el circuito de Jerez traspasa lo meramente deportivo. Se ha convertido en una historia de amor.

Desde 1996, año de su primera temporada mundialista, Il Dottore ha participado en doce Grandes Premios de España, y se ha impuesto en nada menos que en siete. Pero las cifras siguen aportando luz acerca de la química entre Rossi y Jerez: seis de sus siete coronas mundiales estuvieron precedidas por el triunfo sobre el asfalto gaditano.

Han sido demasiadas ocasiones en lo alto del podio como para que a la afición jerezana le pase desapercibidos los méritos del italiano. No en vano y pese a correr fuera de su país, ésta es una de las citas del calendario donde el italiano recibe más apoyo del público. Más incluso que muchos pilotos nacionales que han tenido que resignarse a contemplar como los logros de Rossi han eclipsado los suyos propios ante su propia parroquia.

Ayer se vivía un nuevo episodio de la sintonía entre afición y piloto. El italiano sólo pudo ser quinto, muy lejos de la pole marcada por Jorge Lorenzo y por detrás de Pedrosa, Edwards y Hayden. Sin embargo, era a él a quien una masa de curiosos esperaba a la salida del box para cazar algún autógrafo de su ídolo. El posicionamiento de varios guardas de seguridad dio la pista de que la puerta del garaje se abriría de un instante a otro. Y así ocurrió, dando pie a un estallido de gritos de ánimo de cara a la gran carrera de hoy. Las cámaras de televisión se avalanzaron sobre el protagonista haciendo esperar un poco más a una marea humana que no dejaba de crecer en número. Pero Rossi siempre cumple con los suyos. Su simpatía le ha valido para ganarse casi tantos seguidores como su maestría sobre la moto. Y ayer no iba a hacer una excepción. Tras cumplir con sus compromisos informativos se dirigió a las vallas que acotaban la zona para ofrecer un sinfín de saludos y autógrafos.

Competencia en el box

Pero en el amor sucede en ocasiones una cosa: que se mete un tercero por medio, y en esta relación ése no es otro que Jorge Lorenzo. Tan ídolo es el mallorquín como el italiano para los espectadores de Jerez. Este circuito se encuentra incluido en la larga lista en los que el actual campeón del cuarto de litro ha clavado su bandera que señala que se pisa Territorio Lorenzo. Y lo ha hecho las dos últimas temporadas.

Ahora español e italiano no sólo están en la misma categoría sino también en el mismo equipo donde no comparten boxes y seguro que tampoco querrán repartir admiradores. De esta forma llega inevitablemente el momento de elegir. En 2007 cada uno de ellos celebraba su victoria, Lorenzo en 250 cc. y Rossi en MotoGP. Hoy sólo uno de ellos podría llegar a hacerlo. El otro tendrá que resignarse a que los apláusos que recibiera en un año atrás no sean esta vez para él.