Irán reafirma su rumbo conservador con un voto masivo en los comicios
Algunos colegios prolongaron la jornada electoral cinco horas debido a las largas colas
Actualizado: GuardarLas elecciones legislativas de Irán cumplieron ayer con el guión previsto y anunciado por los dirigentes islámicos. Tras una semana de campaña electoral y con unos medios de comunicación públicos volcados en los comicios, algunos colegios electorales tuvieron que abrir sus puertas durante cinco horas más del horario previsto debido a las largas colas de ciudadanos que aun no habían depositado su voto a las seis de la tarde. Según anunciaron los medios oficiales, «la participación fue masiva» y por ello el Ministerio de Interior tuvo que adoptar esta medida excepcional.
Los resultados no se harán públicos de forma paulatina, como era costumbre en anteriores ocasiones, y habrá que esperar hasta el lunes o martes para conocer a los ganadores, aunque según los primeros sondeos hechos públicos en Teherán, se pronostica una aplastante victoria de la corriente ultraconservadora por encima de la reformista.
La única duda estriba en si serán los radicales, partidarios de Ahmadineyad, o los moderados, críticos con el presidente, los que conseguirán más asientos en el octavo Parlamento de una república islámica donde el sector reformista no consigue retomar las riendas del país que tuvo en sus manos durante los noventa. Tras la unión de las principales fuerzas reformistas en torno al ex presidente Jatamí, su aspiración es superar los cuarenta diputados que obtuvieron en los comicios de 2004.
Los dirigentes islámicos pedían una gran participación para «mostrar el rechazo popular a la política de Estados Unidos» y, aunque las agencias extranjeras no lo recogían así en sus primeras informaciones, parece que lo consiguieron. Las radios y televisiones públicas avanzaron que para las cuatro de la tarde habían votado dieciséis millones de ciudadanos, un 25% más que en las últimas elecciones legislativas en las que la participación final fue del 51%. Las previsiones oficiales apuntan a una participación que oscilará entre el 55% y el 65% en los comicios de ayer, lo que fue calificado de «glorioso» por Alí Reza Afshar, responsable de la Comisión Electoral.
Las grandes personalidades políticas del país votaron temprano. Pese a la gran participación popular de la que hablan los dirigentes islámicos, el poder legislativo que emana del Parlamento iraní está totalmente supeditado a las decisiones del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenéi, que es quien ostenta el verdadero poder en el país. El sucesor del imán Jomeini pidió el apoyo para los seguidores de Mahmud Ahmadineyad y tras depositar su papeleta señaló que «hay que votar a aquellos parlamentarios que vayan a allanar el camino al actual Gobierno que es activo y servicial».
El presidente Ahmadineyad, por su parte, voló directamente desde Dakar, donde tomaba parte en la cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica, y votó en el sur de Teherán a media mañana para demostrar que «el poder de nuestra revolución radica en la participación popular, que nos lleva hacia el éxito».
Carestía de la vida
El líder supremo calificó la jornada electoral de «determinante», pero un amplio sector de la población iraní sigue más preocupado por la carestía del nivel de vida que por la configuración de la nueva cámara. La descalificación de 1.700 candidatos reformistas por parte del Consejo de Guardianes, órgano formado por seis clérigos y seis juristas que determina la idoneidad de los aspirantes, y la abrumadora presencia de políticos conservadores indican que Irán mantendrá el rumbo tomado en 2005 con la llegada de Ahmadineyad a la presidencia.
Algunos analistas destacan el cambio que está sufriendo un régimen islámico en el que cada vez tienen más poder los integrantes de la Guardia Revolucionaria, que en los últimos tres años están ocupando de forma progresiva posiciones que hasta el momento pertenecían casi en exclusiva a los clérigos.