VISITA. Zapatero acompaña a Rajoy en una visita institucional. / L.V.
ESPAÑA

La polarización resultante da a luz al Parlamento menos plural de toda la democracia

PSOE y PP acaparan casi el 90% de los escaños en el Congreso y el 95% en el Senado tras los comicios

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Congreso y el Senado que se constituirán entre el 1 y 3 de abril serán los menos plurales desde 1977. PSOE y PP acaparan 322 de los 350 escaños en la cámara baja, el 92% del total; un control que es todavía mayor en la cámara alta puesto que de los 208 senadores electos, 198 son socialistas o populares, el 95%. Esta supremacía de los dos partidos mayoritarios ha condenado a los nacionalistas a una papel casi marginal en ambos foros: conservan el 7,1%de los diputados y el 4,7 de los senadores.

Nunca en la historia reciente de la democracia el Parlamento será menos plural. Una tendencia que ya se apuntó en los comicios de 2000 y 2004, que se ha visto confirmada en los del pasado domingo. PSOE y PP se reparten el 92 por ciento de los escaños del Congreso y dejan el 7,1 a las fuerzas nacionalista, el 0,9 restante se reparte entre los dos diputados de IU y el de Unión, Progreso y Democracia. La cámara baja, además, tendrá sólo cinco grupos parlamentarios: , socialista, popular, CiU, PNV y mixto, la cifra más baja de los últimos 31 años.

Hace cuatro años, los dos partidos mayoritarios sumaron 312 escaños en el Congreso y 308 en el 2000, pero desde las primeras elecciones las dos primeras fuerzas nunca habían superado la barrera de los 300 diputados.

Las culpas hay que buscarlas en el bipartidismo que ha caracterizado a la campaña y que ha provocado que la «España plural», de la que tanto suele hablar el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, haya quedado reducida a su mínima expresión en el Poder Legislativo. Sólo habrá 25 diputados de corte nacionalista por 33 que había en la anterior legislatura. Desde 1982 no había tan pocos escaños nacionalistas en el palacio de la carrera de San Jerónimo. Se da la paradoja, además, de que por primera vez la representación parlamentaria nacionalista será acorde con la votación que han obtenido, sumaron el 7,13% de los sufragios y controlarán el 7,14 de los escaños de la cámara baja. Su influencia, por tanto, será menor que en anteriores legislaturas, mas no desdeñable en función de la política de alianzas que escoja el PSOE.

El revés nacionalista, del que sólo se salvaron CiU, Bloque Nacionalista Galego y Nafarroa Bai, tuvo su contrapunto en los ascensos de socialistas y populares. El partido gubernamental cimentó su victoria en Cataluña y Andalucía, con la novedosa aportación del País Vasco. El PSOE aventajó nada menos que en 18 escaños al PP en Cataluña, y en Andalucía, aunque retrocedió, conservó una diferencia de 11 diputados.

El PSOE fue la fuerza mayoritaria en 24 de las 52 circunscripciones, cuatro más que hace cuatro años, pues si bien fue el partido más votado en Asturias, Baleares y Las Palmas, provincias que arrebató al PP, y en Guipúzcoa y Vizcaya, territorios que arrancó al Partido Nacionalista Vasco, perdió en Almería.

El Partido Popular aguantó el tirón socialista sobre todo por su fortaleza en los feudos valenciano, madrileño y murciano: en el primero ganó dos escaños y en los otros dos, uno en cada uno.