ESPAÑA

El grupo mixto es una torre de Babel con una convivencia que no será fácil

La próxima legislatura deparará muchas novedades. Además de ser la que tendrá el Parlamento menos plural de la democracia, reunirá en el Congreso el grupo mixto más heterogéneo y numeroso de la historia. Nada menos que 11 diputados de seis fuerzas distintas que no superaron el listón de los cinco escaños, entre ellas los independentistas de Esquerra Republicana y la antinacionalista Rosa Díez, líder Unión, Progreso y Democracia. La convivencia 'a priori' no parece que será fácil.

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Los republicanos obtuvieron tres parlamentarios, IU-Iniciativa per Catalunya cosechó dos, al igual que el Bloque Nacionalista Galego y Coalición Canaria, mientras que UPyD y Nafarroa-Bai alcanzaron uno cada uno. Estos 11 diputados tendrán que llegar a un acuerdo para asignarse el trabajo en las comisiones parlamentarias, distribuir el tiempo de las intervenciones en el pleno y repartirse el dinero de subvenciones.

Unos pactos que en la pasada legislatura fueron sencillos porque todos los integrantes del grupo mixto comulgaban con mayor o menor entusiasmo con el nacionalismo. Los siete diputados, dos del BNG, otros dos de los regionalistas canarios y uno de NaBai, Eusko Alkartasuna y Chunta Aragonesista encontraron con facilidad puntos de encuentro y su convivencia fue armónica.

Juega además en contra de la convivencia en el nuevo grupo mixto que algunos son nuevos en esta plaza y, encima, vienen de trabajar en un grupo parlamentario propio. Mientras los nacionalistas canarios, gallegos y vascos de Nafarroa Bai son duchos en las lides de moverse en la minoría de las minorías, los representantes de IU han tenido su grupo desde los albores democráticos, y los de Esquerra disfrutaron de esa situación en la pasada legislatura.

Se mire como se mire, se avecinan días intensos en lo que era una apacible vida dentro del grupo mixto. Claro que ya hay antecedentes en las elecciones de 1979 tuvieron que convivir en ese mismo grupo el ultraderechista Blas Piñar y el independentista vasco Francisco Letamendía, 'Ortzi', y no pasó nada.