Subida insuficiente del PP

El Partido Popular volvió a perder ayer las elecciones generales, pero creció en votos, lo que le permite acortar distancias con el PSOE y aplazar cualquier consecuencia interna para su líder y candidato a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy. El partido opositor, en un primer momento, pudo paliar los efectos de la derrota con el consuelo de que, en estos comicios, ha superado el número de votos y ha crecido en seis escaños con respecto a los resultados de 2004, pasando de los 148 diputados de hace cuatro años a 154 en la nueva Cámara baja.

«Quiero felicitar al PSOE porque su victoria es clara y ha ganado en buena lid», proclamó el director de la campaña electoral de los populares, Pío García-Escudero, poco antes de las once de la noche. Para ese momento, el número dos del PSOE, José Blanco, ya se había atribuido el éxito electoral y al mismo tiempo Mariano Rajoy felicitaba telefónicamente a José Luis Rodríguez Zapatero.

El dirigente popular aprovechó para recordar a Isaías Carrasco, el ex concejal socialista asesinado el pasado viernes en Mondragón por la organización terrorista ETA, y expresó su deseo de que «nunca más una jornada electoral se vea ensombrecida por un atentado execrable como éste». A esa hora, aún no estaba prevista la presencia de Mariano Rajoy ante los periodistas. «Vamos a ver cómo termina el recuento», se limitaban a explicar miembros del departamento de comunicación que, desde primeras horas, habían vaticinado una larga noche.

Para las cuatro de la tarde, los expertos electorales del Partido Popular ya tenían un diagnóstico sobre el triunfo del PSOE y la abultada participación del electorado. La afluencia a las urnas sorprendió al equipo electoral de los conservadores y los sondeos de los medios de comunicación ya les daban el primer dato sobre su continuidad cuatro años más en los bancos de la oposición.

Los 'maitines'

La planta noble de la sede de la calle Génova comenzó a llenarse de dirigentes antes de que concluyeran las votaciones y el candidato a la presidencia llegara a su despacho. Alberto Ruiz-Gallardón fue uno de los primeros en acceder a la sala de maitines donde ya se encontraban Ángel Acebes, Soraya Sáenz de Santamaría y Gabriel Elorriaga, entre otros, y en donde también se concentraron otros responsables populares como Jaime Mayor Oreja, Isabel Tocino o Ana Palacio.

Mariano Rajoy llegó acompañado de sus hermanos y de su esposa, Elvira Rodríguez, que le acompañaron en su despacho durante el escrutinio.

Desde la primera planta, en los despachos del PP de Madrid, siguió la noche electoral la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre. Los populares madrileños obtuvieron unos excelentes resultados: superaron en votos y en escaños los de hace cuatro años y ampliaron su ventaja en diputados a los socialistas.