CONTRASTE. Los jugadores del Villarreal se abrazan mientras Valdés se lamenta por un gol. / EFE
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El Villarreal revienta la Liga al ganar al Barça en el Camp Nou

Los azulgrana ofrecen una imagen lastimosa ante un rival muy sólido Tras la victoria del Real Madrid, los de Rijkaard se distancian a ocho puntos

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El Barça se apartó de la lucha por el título con una derrota ante el Villarreal por 1-2 que le aleja a ocho puntos del Real Madrid, a falta de once jornadas, y acerca al conjunto amarillo a la segunda plaza. Al margen del traspiés, la peor noticia para el equipo de Rijkaard reside en el hecho de que sus jugadores deambularan por el césped sin pasión, sin criterio y sin calidad. Demasiadas carencias para seguir disputando una Liga a la que renunció la primera noche que compareció sin Leo Messi. Los azulgrana perdieron ante el Villarreal justo el día que el argentino fue baja por lesión. Parece mentira en una plantilla plagada de estrellas como la del Barcelona, pero la ausencia del faro ha dejado sin esperanzas a sus compañeros. Sólo así se puede entender la lastimosa imagen que los de Rijkaard ofrecieron ante el Villarreal.

El técnico holandés también tuvo incidencia en el desorden local. Aunque parezca extraño, prefirió reubicar a Ronaldinho hacia la posición de media punta y darle al italiano la misión de abrir el campo por la banda del crack argentino. El Villarreal contemplaba la solución táctica azulgrana con tranquilidad. Pellegrini también sorprendía dejando a Rossi y Nihat en el banquillo. La titularidad de Guille Franco iba a resultar primordial para los visitantes. Cuando el Barça se estaba asentando, el mexicano dejó sentando a Thuram provocando que un precipitado Valdés se abalanzase sobre él cometiendo un penalti que Marcos Senna transformaría. El mazazo hundió al Barça. Hasta entonces tampoco había creado excesivo peligro, salvo en un remate de Eto'o, y desde el gol visitante empezó a desencajarse.

El Barça estaba muy frío, contagiado del ambiente gélido de las gradas. Ni la permisividad de Pérez Burrull con el Guille Franco, al que le perdonó la expulsión tras una agresión a Gabi Milito cometida al filo del descanso, levantaba el ánimo del Camp Nou.

Iniesta contra el mundo

El Villareal campaba a sus anchas aunque le iba a faltar algo de ambición para sentenciar a su rival cuando lo tenía tocado. Ese exceso de sobeteo sin profundidad se producía ante la displicencia de un Barça tan apático que rayaba el pasotismo. Tan sólo la clase natural Iniesta le sacaría del atolladero con un eslalon por la banda que Xavi remacharía con suma precisión.

El Barça aprovechó el empate para envalentonarse. A veces con un exceso de contundencia, como en un exceso de celo de Eto'o con un innecesario plantillazo sobre Diego López. Otras, con la descomunal fuerza de Abidal en la recuperación.

El Villarreal parecía dar pie a la remontada al echarse tan atrás. Un espejismo. Los de Pelligrini iban a soltar otro zarpazo que dinamitaría la Liga. Una acción trenzada con sumo tino descubriría a la defensa azulgrana permitiendo que Tomasson marcase ante el indefenso Valdés.

Ya nadie podría modificar la victoria visitante por la mínima. Ni Ronaldinho con un lanzamiento de falta que se estrelló en el larguero de Diego López, ni uno de los asistente de Pérez Burrull anulando por fuera de juego un gol legal de Senna en el descuento.