El espacio del dolor
Actualizado: Guardaros asesinos han vuelto a robar el aire que respiramos y a atraparnos en su estrategia demente. Se han quedado otra vez con el primer plano de la actualidad en estos momentos decisivos. Es la sexta campaña que revientan. Nadie puede aventurar a ciencia cierta por qué han elegido esta determinada víctima, a quién quieren favorecer, qué gobierno les interesa en Madrid. Es imposible seguir el hilo de sus razonamientos. Lo único cierto es que han destrozado a una familia para nada. Porque en el silencio abierto en el ruido electoral clama la evidente necesidad de renovar la unidad, el consenso inevitable e imprescindible, la más potente llamada a la esperanza. En el espacio del dolor -una habitación de plomo como en la obra de Beuys- resplandece lo esencial. Es el momento de estar a la altura.