Los Peligros | Cabemos
Actualizado: GuardarDecía el candidato Rajoy, la semana pasada, que en España no cabían ya más inmigrantes, colocándolos, otra vez, en el origen de muchos de los males del país. Tan temeraria afirmación alimenta peligrosamente la hostilidad creciente hacia quienes, en su mayoría, sólo vienen aquí a trabajar y, de paso, crear riqueza para España.
Además, como en las peores discusiones de tabanco, ni siquiera hay que demostrar que lo que se dice es cierto, sino gritarlo bien fuerte. Como desmontar tales soflamas sólo puede hacerse con datos, y esos aburren terriblemente, ganan siempre las bajas pasiones. En este asunto, ni cabeza ni corazón. Ni sentido práctico ni compasión alguna. Como ya se han manejado suficientes argumentos humanitarios para atender las urgencias que provoca la miseria, permítanme que les hable, con cifras, de lo mucho que ganamos con los inmigrantes.
Aunque sea una pena tener que tratar este asunto como una cuestión de interés. No sólo cabemos más, sino que necesitamos a los inmigrantes. Con datos del Observatorio Permanente de Inmigración referidos a 2006, los últimos disponibles, había casi tres millones de extranjeros con tarjeta de residencia, de los que 660.000 eran ciudadanos de la Unión Europea. Dato importante porque sus plenos derechos, de trabajo y movilidad, no vienen de ninguna política de inmigración sino de nuestra pertenencia a ese organismo europeo. En ese año, casi dos millones de trabajadores extranjeros estaban dados de alta en Seguridad Social, lo que supone el diez por ciento de todos los trabajadores. En Cádiz, unos 10.000, suponiendo sólo un 2,65 %. Esos inmigrantes cotizaron a Seguridad Social, ese año, unos 8.000 millones de euros. Como su gasto en sanidad y educación supuso 6.500, tenemos un saldo a nuestro favor de 1.500 millones. Según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, sumando todos los ingresos de inmigrantes a arcas públicas y restándole todos los gastos que realizan, ese saldo aumenta a los 2.000 millones, y se estima que llegue a los tres mil en 2010.
Sin embargo, aún hay quien les discute que se hagan una mamografía. ¿Alguien que contribuye, con sus impuestos, a construir hospitales y ambulatorios no tiene derecho, luego, a usarlos?.
Sobre este vergonzoso particular añadir que un estudio del Ayuntamiento de Madrid, con gobierno popular, señala que los inmigrantes visitan el médico de atención primaria un 22 % menos que los españoles.
Esa aportación a la Seguridad Social tiene un efecto muy importante. Según el Informe de estrategia de España en relación con el futuro del Sistema de Pensiones, se preveía que en el 2015 habría ya más gastos que ingresos, haciendo, a medio plazo, inviable el actual sistema. Con las jubilaciones dentro de lo previsto, el crecimiento en inmigrantes legales está aplazando esa cita para revisar el sistema. También, el que sean, en su mayoría, personas jóvenes y sanas que vienen a trabajar, ha rejuvenecido la población. Casi el 18 % de los nacidos en España en 2006 fueron hijos de padre o madre extranjera. Este aumento de la natalidad supone que, en el futuro, se incorporen nuevas cotizaciones.
Tampoco es cierto que su entrada en el mercado laboral suponga desplazar al paro a los españoles. Según estudios del Instituto Klein para España, la presencia de inmigrantes se concentra en sectores con exceso de demanda laboral, por lo que «los efectos sobre el salario o el paro de los españoles estarían siendo moderados o nulos».
Así piensa también el Instituto Elcano, que dice que la mano de obra española se ha desplazado a sectores más atractivos, dejando puestos libres en la agricultura, entre otros, además de que el actual bienestar de la población española ha creado nuevos puestos en el servicio doméstico. Desde hace años, no hay ningún español demandante de empleo para trabajar como interno en ese servicio.
El mismo Instituto realizó un estudio sobre el impacto de la inmigración en la agricultura intensiva de Almería y Murcia. Los resultados: ha descendido la tasa de desempleo, se expandió la producción por la suficiente mano de obra y se han creado nuevas industrias de transformación y nuevos trabajos. Pero explicar todos estos beneficios con cifras, marea. Y nos estropean el discurso catastrofista y xenófobo.