Voto joven o nuevos electores
No es lo mismo el grupo de votantes llamado a concurrir a las urnas porque ha cumplido ahora la mayoría de edad que el que reúne a aquellos que, siendo también jóvenes, ya han ejercido su derecho en las urnas. La autora disecciona el significado de ambos tipos de electores y advierte de su importancia en el diseño de las estrategias de campaña.
Actualizado: GuardarA los partidos políticos les interesan los jóvenes, especialmente en época de campaña electoral. Sin embargo, no todos los jóvenes electores son nuevos electores. Por ello, cuando se hace referencia a que los partidos políticos buscan captar el voto de los jóvenes es necesario hacer una distinción entre estos dos grupos. Nuevos electores son aquellos que acuden por primera vez a las urnas al haber cumplido la mayoría de edad desde las últimas elecciones, mientras que los electores jóvenes son todos los que tienen entre 18 y 30 años.
En algunos medios se ha asegurado que «el voto joven no es rentable» porque las cifras de nuevos electores están en declive. Es cierto que el número de jóvenes que vota por primera vez es cada año menor, como consecuencia de la caída de las tasas de natalidad en España, pero eso no significa que sea poco rentable. En estas elecciones generales, y según datos de la Oficina del Censo Electoral, podrán hacer uso de su derecho al voto 1.711.534 jóvenes más que en los comicios de 2004, y 325.642 jóvenes más que respecto a las municipales de 2007. Ambas son las cifras más bajas desde las elecciones de 1977, lo que refleja la caída en las tasas de natalidad en las últimas décadas y el progresivo envejecimiento del electorado.
Sin embargo, la participación de los nuevos votantes puede ser rentable para los partidos políticos, y es necesario tenerlo en cuenta a la hora de diseñar las estrategias de campaña puesto que están concentrados estratégicamente en circunscripciones relevantes, fundamentalmente en Madrid y Barcelona, seguidas de Valencia, Sevilla, Málaga, Alicante, Cádiz y Murcia. En dos de ellas se ha incrementado respecto a 2004 el número de escaños a repartir (Alicante y Murcia), y tres de ellas son identificadas como circunscripciones clave a la hora del reparto de los últimos escaños: Madrid, Valencia y Sevilla.
El análisis sobre el comportamiento electoral de los jóvenes españoles publicado por el Injuve en 2006 demuestra que los nuevos electores presentan unos patrones de participación y motivación diferentes al resto de jóvenes. Por lo tanto, el diseño de las estrategias de campaña de los partidos, si quieren captar el voto de uno y otro grupo, deberá distinguir claramente entre ellos. Los jóvenes han tenido desde las primeras elecciones democráticas un patrón de comportamiento más abstencionista y cíclico que el resto de la población, pero no todos los jóvenes se abstienen por los mismos motivos. Los nuevos votantes lo hacen porque están fundamentalmente desinteresados por la política, mientras que el resto de jóvenes que decide no participar lo hace porque están desencantados de la política o con los partidos políticos. La pérdida de confianza en los partidos y la sensación de que el voto no sirve para nada son algunas de las razones esgrimidos por los jóvenes a la hora de justificar su comportamiento; de manera que la práctica electoral y la experiencia en torno a las expectativas depositadas en los partidos políticos en unas elecciones anteriores puede movilizar, desmovilizar o cambiar el voto de los jóvenes más que el de los adultos.
Las elecciones de 2004 se caracterizaron por ser unas elecciones de movilización; el incremento de la participación respecto a las elecciones de 2000 fue de casi siete puntos porcentuales, y los análisis realizados sobre dichas elecciones destacan la importancia que los jóvenes tuvieron en los resultados de la convocatoria tanto por la decisión de acudir a las urnas en el último momento, como por la decisión final de a qué partido político votar. En el caso de las elecciones del próximo domingo, y hasta el momento, el contexto político esperado no es el de una movilización como en aquella ocasión, de manera que los electores jóvenes que participaron y se movilizaron en 2004 pueden en esta ocasión abstenerse, ser fieles al partido que votaron o cambiar de partido, mientras que los nuevos votantes tenderán más a la abstención. La mayoría de ellos tendrá decidido su voto antes de campaña electoral, pero teniendo en cuenta experiencias anteriores, un relevante porcentaje de jóvenes (en torno al 15%) lo decidirá a lo largo de la campaña electoral, sobre todo los últimos días de la misma, de manera que los actos de campaña que los partidos políticos lleven a cabo serán relevantes para la toma de decisión de este grupo de población. A ese proceso contribuirán además, de manera especial para el caso de los más jóvenes (nuevos electores), el grupo de iguales -amigos y compañeros-. Y en el del resto de jóvenes, los medios de comunicación.
La fidelidad y la volatilidad electorales son también objeto de interés en los estudios sobre comportamiento electoral. En este sentido, los jóvenes son peculiares por tener una particularidad intrínseca como es el hecho de que una buena parte de ellos no pueden ser electores fieles ni volátiles, dado que son debutantes en las lides electorales. Si no han votado con anterioridad, difícilmente pueden mantenerse leales a su opción anterior ni cambiarla por otra.
Por otra parte, entre los jóvenes no existe de forma generalizada una fidelidad y sentimiento de pertenencia a un partido político, aunque sí de representación de las ideas del colectivo con perfiles similares a estos electores. Estos ideales han caracterizado el voto de los jóvenes al PSOE desde 1982 hasta 2000, mientras que el PP es la fuerza política con mayor capacidad para conseguir transferencias de votantes jóvenes que anteriormente no le habían votado. Esta capacidad explicó su ascensión ininterrumpida entre el electorado más joven hasta 2004. La procedencia de estos votantes jóvenes transferidos proviene del espacio ideológico de centro, de manera que la movilización y el traspaso de votos puede producirse de nuevo el 9 de marzo entre los nuevos electores y los jóvenes electores de centro. Diferenciar entre los dos grupos de electores a los que nos venimos refiriendo, saber donde están y cuáles son las pautas de comportamiento que les han caracterizado a lo largo de los años representan herramientas útiles para los partidos a la hora de diseñar estrategias concretas de movilización o desmovilización en época de campaña.