Ninguno de los protagonistas quiere darse por vencedor
Los asesores corrigieron algunos detalles tras el descanso Todos los candidatos consumieron más tiempo del estipulado
Actualizado: GuardarUnos cien periodistas acreditados tienen el privilegio de ver, antes que el resto de los andaluces, el primer gran debate de la campaña electoral. Técnicamente se llama un 'falso directo'. Se graba entre las ocho y las diez menos cuarto de la noche. Concluye quince minutos antes de su emisión.
Trajes, corbatas, gestos. Está todo medido, menos los tiempos. Los cuatro candidatos tratan de rascar segundos a un moderador condescendiente, que intenta cortarlos tímidamente.
En el escenario, Manuel Chaves, Javier Arenas, Diego Valderas y Julián Álvarez parecen cuatro amigos que hablan sobre política en un bar. «Querido Chaves», utiliza Valderas en un momento para dirigirse al candidato del PSOE.
En otras salas, los asesores de uno y otro bando, intentan cazar al vuelo detalles que se puedan remendar en la segunda parte. Los 15 minutos de descanso entre los dos bloques del debate sirven para corregir errores. Valderas se cierra la chaqueta para ocultar una mancha en su corbata, gajes del oficio. Álvarez inicia el turno sin un solo papel sobre la mesa, frente a los gráficos e informes de sus tres rivales. El novato, tal y como él mismo se califica, paga su inexperiencia. Eso sí, en la segunda parte regresa con papeles para dar y regalar. Arenas trata de tocarse menos las manos, una gran manía. Tienen bien aprendido que, en los momentos claves, hay que mirar fijamente a la cámara. Lo hace constantemente. Chaves no sostiene esa mirada hasta después del descanso. Señal de que sus asesores le han advertido de que su rival sí lo está haciendo.
La tertulia, practicamente de guante blanco, se anima con destellos de bronca verbal. Chaves interrumpe a Arenas y abre la veda: «Está faltando a la verdad», le replica Arenas al candidato del PSOE en su intervención. Pasan los turnos y el presidenciable popular vuelve a acusar a su contrincante de mentir y Chaves no se calla.
¿Quién ha ganado el debate? Una pregunta que, a buen seguro, se responderá hoy con encuestas o sondeos. Ayer, sus protagonistas, no se atrevían a dar un resultado claro.
Tras salir del plató, los cuatro candidatos pasan otro examen. El de los periodistas. Los cuatro están contentos con su trabajo. «Me he sentido muy cómodo», dice el candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta, Manuel Chaves. Es una sensación común.
Unos, los más pequeños, están satisfechos por haber tenido la oportunidad de exponer sus ideas. Es lo que le pasa a Valderas y Álvarez, aunque el candidato de IU muestra su enfado porque los dos aspirantes de los partidos mayoritarios vayan a mantener un 'cara a cara' el próximo domingo. Otros, los dos grandes, también salen optimistas, porque piensan que han salido airosos del envite. Es el caso de Chaves y Arenas que se han tomado el pulso.
Guiños
A Chaves le gusta que haya sido un debate netamente andaluz, después de las críticas porque las elecciones andaluzas se celebran de forma conjunta con las generales. Arenas aprovecha sus minutos para hacer varios guiños a Almería, que es la provincia por la que se presenta y la que más veces ha nombrado.
Interrupciones. El debate, aburrido en su primer tramo, no dio demasiado pie a las interrupciones. No obstante, el moderador debió aleccionarlos para que respetaran los tiempos en el descanso, porque cuando empezaron el segundo bloque pedían disculpas constantemente cuando se pasaban de los dos minutos y medio asignados.