VUELTA DE HOJA

Desde el principio

No es cierto que los dos partidos mayoritarios hayan echado toda la leña al fuego en los días anteriores a la campaña oficial: han reservado buena parte del mutuo cargamento para atizarse desde su comienzo. No puede decirse que hayan perdido las formas, ya que nunca han venido siendo dueño de ellas.

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-Hay un ambiente hostil.

-Dígamelo usted a mí, que ya me han dado dos.

Algunos manifestantes, especialmente exaltados, han zarandeado y escupido a un par de consejeros madrileños del PP. Todavía lo de zarandear, que viene de limpiar el grano o la uva, pasándolos por la zaranda, que es una criba, se puede admitir. Lo de escupirles está peor. Al parecer no hay modo de que aprendamos buenos modales. A los escoltas les esperan días duros porque esto no ha hecho más que empezar. La presidenta, Esperanza Aguirre, tuvo que entrar al nuevo hospital Infanta Cristina de Parla por la puerta trasera, pero más doloroso hubiera sido que no pudiera salir.

El español medio es tan tolerante que admite cualquier cosa menos que haya otros compatriotas que no piensen como él. Debiéramos reflexionar sobre lo aburridas que serían unas elecciones si todo el mundo votase al mismo partido. Además de dejar sin empleo a una enorme cantidad de gente, no existiría la menor intriga, ni se cursarían apuestas, ni podría especularse con el empate técnico. La diversidad es la gran musa del mundo y está bien que la euforia sea alternativa, según vayan las encuestas que sondean la opinión, que nunca pueden ahondar mucho, ya que suelen ser muy superficiales. Quizá lo que más urja sea hacer unos cursillos de democracia, pero no hay tiempo. Habrá que dejarlo para la próxima vez.