opinión

La Glorieta | Oídos sordos

Los políticos son el reflejo de la clase de personas que hay en el mundo. Están los caballeros y las damas, los engatusadores, los formados, los falsos, los trepas, los mentirosos, los autocríticos, los que no saben qué significa lo anteriormente escrito, los insistentes, los vocacionales y los cara duras, y, sobre todo, los que se hacen los sordos, de esos hay muchos.

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Ahora que se acercan las elecciones es el momento de poner a cada uno en su sitio y de quitarles la máscara y elegir al que de verdad lucha por nuestros intereses -si es que lo hay- y, sobre todo, al que realmente tiene intención de hacer algo por mejorar nuestra vida. Últimamente hay un tema que ha creado polémica en el entorno político nacional. Éste hace referencia al descuido que tuvo la cadena Cuatro cuando el presidente del Gobierno en confidencia contaba a Iñaki Gabilondo que ahora iban a dramatizar un poco y que era el momento de ponerse tensos. La derecha utilizó este comentario para echarle toda la culpa al PSOE del mal rollo que han generado los políticos de este país durante cuatro años de legislatura ¿Qué sinvergüenzas! Todos son culpables de esa situación; tienen tanta culpa que si ahora los ciudadanos más extremistas -que siempre los ha habido- salen a la calle y boicotean los mítines de partidos con los que no están de acuerdo es en primer lugar culpa de los radicales energúmenos y en segundo lugar, de las fuerzas políticas de este país que olvidaron que el término tender lazos para la comprensión no significa arrojar mierda al contrario. Me pregunto si seremos capaces algún día de decirles a esos señores que nosotros lo único que queremos es vivir lo mejor posible y que ellos trabajen para conseguirlo, que es su obligación.

lsanchez@lavozdigital.es