Pan y Circo | El objetivo

urante las últimas semanas estamos escuchando reiteradas peticiones de diferentes críticos deportivos urgiendo que, cuanto antes, los dirigentes del club amarillo fijen los objetivos que pretenden alcanzar en esta irregular temporada. En mi opinión, sin embargo, deberíamos olvidarnos de este tipo de planteamientos finalistas. Esta afirmación, que algunos juzgarán arbitraria, no es original sino que está copiada de aquella estrategia oriental basada en el aprovechamiento de las posibilidades reales y concretas que emergen en cada peldaño de la escalera por la que pretendemos subir al último piso. Creo que, en la situación en la que se encuentra el equipo, sería más oportuno seguir la lógica de la propensión que consiste en considerar detenidamente las circunstancias que se dan en cada momento: este plan no se apoya un programa minucioso previamente trazado, sino que identifica -detecta-, en medio de una situación concreta, aquellos factores que pueden resultar ventajosos. En vez de fijarnos objetivos grandiosos, como en nuestro caso ha sido el ascenso a la División de Honor, deberíamos esperar pacientemente el silencioso crecimiento vegetativo del equipo; en vez de tirar de la planta para acelerar su desarrollo, deberíamos ayudar para que las condiciones sean propicias al progreso normal, libre y productivo. Más que la eficacia -llamativa y ruidosa-, hemos de perseguir la eficiencia -discreta y silenciosa-. Los chinos saben que, de hecho, las abundantes cosechas son el resultado de una sucesión ininterrumpida de transformaciones inmediatamente imperceptibles pero que, a la larga, producen frutos seguros. Con esta reflexión pretendemos llegar a la conclusión de que éste no es el momento adecuado para que el Cádiz aspire al tercer puesto, ni a los 50 puntos, ni siquiera a suspirar por otra buena racha, sino que sería más eficiente que se pusieran todos los medios para que, en el próximo partido, logren los tres puntos.

deportes@lavozdigital.es