MUNDO

«A ver qué pasa ahora»

Los habitantes de la isla caribeña aguardan tranquilos los cambios que se avecinan en la isla

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El martes, cuando el mundo entero estaba impactado por el anuncio de la retirada de la política activa del presidente Fidel Castro Ruz, los medios cubanos siguieron con su programación habitual y sólo intercalaron algunos minutos de declaraciones con loas a la figura de su Comandante, mientras en las calles la vida cursaba con tranquilidad.

Ayer, la portada del diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, tenía cinco pequeños titulares, donde prometía fidelidad a las ideas de Fidel y adelantaba que 'Mesa Redonda', programa político diario de la televisión con forma de tertulia disciplinada, dedicaría su espacio para ver la «repercusión del mensaje del Comandante en Jefe». Se esperaba que se reseñaran las declaraciones de líderes internacionales elogiosas hacia Castro, se diera lectura a textos y despachos de agencias sobre el tema, pero no se preveían comentarios ni análisis sobre la trascendencia de la medida, y mucho menos que se adelantaran posibles escenarios.

«Eso son especulaciones propias de la prensa extranjera», dicen muchos de los comunicadores locales. Recientemente, el diario Juventud Rebelde -un poco más abierto a la crítica que Granma- defendía que en la isla hace tiempo que se habla de «criticar para construir y no para destruir».

Los comercios, el transporte, los gimnasios, todo estaba en calma. Un observador local comentaba que «guste o no, en Cuba hay revolucionarios convencidos, más de los que desearía Estados Unidos, aunque es verdad que son algunos menos de los que votan».

Más diversión

Algunos jóvenes salieron en la noche del anuncio de la renuncia de Fidel al malecón -denominado el sofá de La Habana- para pasar un rato de entretenimiento. Como Roberto, un joven de 30 años que prefiere reservarse el apellido porque usaba el coche de su empresa -estatal- y supuestamente no debería estar con su novia escuchando la radio allí. Reconoce que se enteró tarde, después de llegar al trabajo. «No creo que vaya a pasar nada. A mí lo que me gustaría es poder tener mi propio vehículo y viajar. Para esos cambios confío más en Raúl, pero ya no quiero saber nada de aquellas tremendas peroratas», dice en referencia a los largos discursos.

La esperanza de que arranque un nuevo ciclo la tienen hasta artistas comprometidos con el régimen. Uno de ellos, Silvio Rodríguez reconocía ayer que estaba «esperando un proceso de transición que nos lleve a cosas positivas».