ESPAÑA

El presidente admite que existe una cierta desaceleración económica, pero no una crisis

El líder socialista descarta hacer una reforma laboral sin el acuerdo de los sindicatos

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El presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, admitió que España atraviesa una etapa de cierta «desaceleración», pero rechazó la palabra crisis para definir el actual momento de la economía. Además, el líder del PSOE se mostró confiado en paliar los efectos de este periodo de estancamiento gracias al superávit de 70.000 millones de euros, dinero, dijo, que se destinará a los sectores más afectados, como la construcción. Rodríguez Zapatero lanzó estos mensajes en Valladolid, donde visitó las fábricas de Renault.

El jefe del Ejecutivo sostuvo que «la economía está en un periodo de desaceleración, no de crisis y menos de recesión». El secretario general del PSOE expresó su total confianza en la evolución positiva de la economía del país, que seguirá creciendo, pero menos que en los últimos años. También vaticinó un mejor comportamiento del mercado laboral después de la creación de 3 millones de puestos de trabajo durante la última legislatura. Justificado el frenazo económico por la crisis en la gestión de las hipotecas en Estados Unidos, por la subida incesante del precio del petróleo y los productos agrícolas, garantizó que la economía española está «preparada» para afrontar las dificultades derivadas del actual momento.

Bienestar ciudadano

Para Rodríguez Zapatero las principales herramientas para hacer frente a los nuevos tiempos son el superávit de 70.000 millones de euros, que se reservará para inversiones en los sectores más afectados por la desaceleración, como las infraestructuras y la construcción.

Asimismo, comprometió su apoyo a los asuntos sociales y al bienestar de los ciudadanos ya que gracias al «ahorro» conseguido durante los últimos años, España estará en las mejores condiciones para hacer frente a la desaceleración de la economía. En consecuencia, el candidato socialista estimó que la ralentización no repercutirá en el desarrollo social y económico del país, y de paso recordó el incremento del salario mínimo interprofesional y los aumentos de las pensiones muy por encima del IPC.

El presidente del Gobierno se congratuló de los veinte pactos alcanzados desde 2004 con los empresarios y las centrales sindicales UGT y CC OO, lo que ha permitido tener en esta legislatura «el periodo de mayor paz social». Y ante la posibilidad de emprender una reforma en el mercado laboral o en otros sectores, fue contundente: «quiero adquirir un compromiso hoy aquí con los trabajadores -como ya lo adquirí hace cuatro años-, que no habrá reforma laboral, ni en el ámbito de las leyes de protección social ni en el ámbito de lo que representan los pilares del Estado de Bienestar si no hay acuerdo con los agentes sociales». Zapatero se mostró convencido de que «el método» idóneo para llegar a los pactos es «el acuerdo social y el diálogo».

El dirigente socialista realizó estas reflexiones ante cientos de empleados de Renault, que aprovecharon la parada del bocadillo matutino para escuchar el discurso. En la fábrica que produce en exclusiva mundial el modelo Gran Modus, Zapatero comprometió su apoyo a las factorías que la multinacional francesa tiene en España (Valladolid, Sevilla, Palencia y el centro administrativo de Madrid), al tiempo que consideró el sector automovilístico clave para la economía del país.