El mejor Barça vuelve a reinar en Celtic Park
Los azulgrana pudieron golear a un equipo acobardado Henry y Messi, con dos tantos, firmaron la victoria
Actualizado: GuardarEl Barça dio un paso de gigante para situarse en los cuartos de final de la Liga de Campeones tras repetir victoria en Celtic Park (2-3) con una mayor claridad de la que reflejó el marcador final. Los azulgrana acumularon infinidad de ocasiones pero su falta de pegada le impidió dejar terreno escocés con una goleada de escándalo ante un Celtic sin garra.
La excentricidad del fútbol se puso de manifiesto en la primera mitad. Un equipo al que se antojaba aguerrido aparecía acobardado. Su rival, que últimamente vagaba como alma en pena en la parcela ofensiva, se daba un festín atacante con Ronaldinho y Messi como estandartes.
El Celtic saltó a verlas venir después de que Strachan perpetrase un diseño vulgar. Los escoceses restaban sin chispa otorgándole toda la posesión a su adversario. Los azulgrana dominaron a placer durante toda la primera mitad ofreciendo su mejor imagen de la temporada. Presión a la desesperante zaga local, movilidad ofensiva y control sin riesgo. Tres factores que recuerdan al mejor cuadro de Rijkaard.
Todo ese dominio resulto infructuoso por dos motivos. El Barça estuvo mágico en el diseño pero lastimoso en la definición. Así se explica que, de cinco ocasiones claras en la primera parte, tan sólo marcase una de ellas gracias a una pared entre Deco y Messi bien resuelta por el argentino.
La segunda razón era para romper a llorar de rabia. El Celtic alcanzaba el descanso con ventaja. Ni los escoceses sabían cómo lo habían logrado. Dos jugadas sin aparente peligro penetraban la red de Valdés. Dos cabezazos. Dos centros desde la izquierda. Dos regalos azulgrana. En el primero, la zaga era incapaz de despejar con rotundidad el balón permitiendo que Vennegor of Hesselink rematase a placer. Después, Valdés se tragaría un churro de Robson que, sin quererlo, dibujó una vaselina.
El Barça se adentraba en un terreno pantanoso. Su falta de pegada y una fortuna de signo escocés le podían meter en problemas. Una fastuosa parábola empezaba a hacer justicia. Caldwell le regalaba un balón a Ronaldinho que le cedía el balón a un Henry que se marcaba su mejor gol con la camiseta azulgrana.
El Celtic yacía ahogado. El Barça le estaba atropellando con una posesión abusiva que le proporcionaba una concatenación de ocasiones. Gordon Strachan intentaba salir del atolladero sacándose los tres cambios en diez minutos. Tras relevar a un Ronaldinho ovacionado por Celtic Park, el Barça siguió sumando. Rozaba un triunfo que conquistaría gracias a una carambola entre dos escoceses solventada por Messi, que le dio algo de crédito a un marcador que debía haber sido más amplio. Y es que los azulgrana se pegaron un baño de fútbol carente de instinto asesino.