Zapatero se compromete a no abordar ninguna reforma laboral ni social sin pactar con los sindicatos

Mañana comienza la campaña electoral y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ha puesto las cartas sobre la mesa. En su último mitin de precampaña, ha atacado al PP donde más le duele: la guerra de Irak, la contienda interna Gallardón-Aguirre y las propuestas de inmigración de los populares. La tensión se palpa en el ambiente y el candidato a la reelección ha advertido a Rajoy de que no puede evitarlo porque "corre sangre por mis venas".

Sus discursos del día se han basado en la economía. Por la mañana, ha visitado la fábrica de Renault en Valladolid, inmersa en una crisis por el fracaso del Modus, y ha tranquilizado a sus trabajadores transmitiéndoles su apoyo "directo y personal".

Zapatero ha prometido que cualquier reforma laboral o social la pactará previamente con los sindicatos. El presidente ha reiterado su postura sobre la situación económica, existe una "desaceleración" pero no hay una crisis "y menos una recesión". Con los datos del crecimiento recién salidos del horno, Zapatero augura que "va a crecer menos, pero va a crecer".

La firmeza de Rajoy

Por la noche, en su mitin de Gijón no ha escatimado perlas para el PP. En una alusión directa al líder popular, Zapatero cree que no puede ser presidente del Gobierno porque le falta firmeza, la que no tuvo con Esperanza Aguirre, según el presidente, que a renglón seguido se ha referido a las tropas de Irak.

En este caso, Zapatero ha dicho que hace falta firmeza para "decirle al presidente de EEUU ahí te quedas con tus tropas, nos vamos de la guerra de Irak". Así ha pedido el voto a los asturianos, recordándoles que "hay motivos para creer en los que cumplen, en los que hacen honor a la palabra y dicen siempre lo que piensan como ha hecho el PSOE en estos cuatro años".

Y de lo que ya se ha hecho al próximo reto en caso de permanecer en la Moncloa: "El sueño que tengo es poder llegar a que nuestras pensiones mínimas se pongan en el umbral de la UE, y lo vamos a conseguir". El futuro de España se basa en buena medida, según Zapatero, en equiparar el bienestar de los españoles a las grandes potencias europeas.

Finalmente, el candidato socialista se ha referido a la política de inmigración del PP y ha destacado que "no saben de lo que hablan" ya que con la cotización de los inmigrantes se pagan un millón de pensiones" por lo que "mientras que yo sea presidente, en la sanidad pública se atenderá a todas las personas, tengan el color que tengan". A las declaraciones de Arias Cañete ha respondido que a la derecha le gustan los camareros de antes, "serviles que agachaban la cabeza", pero ha recordado a la oposición que "esta España no agacha la cabeza ante nadie".