Dos novelas negras «atípicas» para el IX Premio Quiñones
Pérez Azaustre y Empar Fernández presentaron ayer las novelas ganadoras
Actualizado: GuardarPuede que la novela negra sea un género en boga, pero tanto el ganador como la finalista del IX Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones, se apresuraron ayer a puntualizar que las obras galardonadas constituyen dos ejemplos atípicos de un género que, en realidad, es «un antigénero, porque lo absorbe todo, y puede ser punto de partida para historias dispares y hasta contradictorias», según Juana Salabert, portavoz del jurado.
Al acto de entrega del Premio asistieron el Director de la Obra Social de Unicaja, Felipe Faraguna; Nadia Consolani, viuda de Fernando Quiñones y Manuel Florentín, representante de Alianza Editorial. Faraguna anunció que el próximo año, «para conmemorar los X años del Quiñones, el jurado estará compuesto por escritores que, a lo largo de esta década, han conseguido el galardón». Juana Salabert, encargada de glosar La Suite de Manolete, calificó el primer Premio como «fluida, fácil de leer, pero dotada de una complejidad estructural que permite que esa fusión de realidad y ficción funcione, resulte verosímil». El autor se mostró emocionado y valoró especialmente que en la solapa de su novela «brille el nombre de Quiñones, un ejemplo de escritor total que siempre he tomado como referente».
Empar Fernández, por su parte, se reivindicó como «autora de novela negra que en esta ocasión a escrito una en la que no importa quién mató a quién».