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Los tabúes de la campaña

La campaña electoral propiamente dicha son los carteles y los debates de los candidatos en las televisiones. Por lo demás ya está todo dicho. Sabemos lo que ofrece Zapatero por cada nuevo niño y Rajoy la bajada de responsabilidades penales hasta los doce años en el caso de delitos muy graves. El contrato de integración que ha propuesto el PP, como garantía de una política racional de emigración, ha sido criticado por el PSOE como el invento de problemas inexistentes con fines demagógicos. Por su parte, los socialistas han querido ver en las posiciones de la Iglesia un apoyo electoral al PP y han amenazado con una revisión del Concordato entre la Iglesia y el Estado.

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Este resumen de las propuestas que han hecho hasta la fecha los dos partidos es por mi parte una forma gráfica de decir que resulta verdaderamente surrealista que los dos grandes partidos estén dejando fuera del debate nada menos que la cuestión del terrorismo y del modelo de Estado. Si es disparatado que el PSOE y el PP estén discutiendo sobre la oportunidad de tocar el tema del terrorismo en los debates de las televisiones, ¿cómo calificar el hecho de que ni siquiera se hable de él en los mítines partidarios? Dicho de otro modo, ¿por qué exige Rajoy que se hable sobre las negociaciones con ETA en los debates de TV cuando ellos mismos no lo hacen en sus propios mítines? ¿Acaso también allí se lo prohíbe alguien? Es raro que los oradores hablen de los atentados de Barajas y de los asesinatos de guardias civiles en Capbretonas. También están quedando fuera de los mítines la aprobación de los Estatutos de Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana.

Posiblemente estas sean las elecciones legislativas con unas consecuencias de mayor trascendencia institucional. Está esperando su suerte constitucional el Estatuto de Cataluña; el PNV ha puesto fecha a la 'consulta popular' en la que los vascos decidirán su futuro. La opinión pública está convencida de que Zapatero volverá a negociar con ETA, pero ¿acaso son esos los problemas reales que más preocupan a las gentes, como diría Mariano Rajoy? Son los problemas de la nación que, como a su vez diría Zapatero, es un concepto discutido y discutible.