Economia

El Gobierno tiene dificultades para sacar adelante el plan que recolocará a unos cien mil nuevos parados

El plan de choque para la recolocación de los cien mil nuevos parados, vinculados con el sector de la construcción, se retrasa. El tiempo apremia y el Gobierno todavía tiene que resolver serias dificultades para sacar adelante el proyecto anunciado el pasado 5 de febrero por el titular de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera. Ese día, el Ministerio se vio obligado a hacer frente a uno de los peores datos de la historia del mercado laboral. El desempleo se disparó, la afiliación a la Seguridad Social cayó y el ritmo de creación de empleo se frenó.

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Entre los primeros obstáculos para llevar a cabo las medidas excepcionales figura la postura de antemano de CEOE y CC. OO., organizaciones que, a estas alturas de la legislatura, no desean hacerse nuevas fotos con el Ejecutivo. La patronal guarda un silencio muy significativo, mientras que CC. OO. apunta que «el diseño de un plan de determinadas características necesita tiempo» y ruega al Gobierno que «no tome el pelo a los trabajadores».

Maquillaje de las cifras

Ambos interlocutores ya rechazaron posar para celebrar el último acuerdo suscrito, relacionado con la responsabilidad social, es decir, con 'el buen hacer' de empresas y administraciones. Esta delicada situación ha empeorado en los últimos días ante la polémica generada por la reclasificación como «no parados» de los desempleados que optan a recibir un curso de formación. Las críticas del PP y el malestar que el desconocimiento de la cuestión ha originado entre patronales y sindicatos obliga al Gobierno a actuar con más cautela para evitar nuevas acusaciones sobre un posible maquillaje de las cifras de paro. Por otro lado, del proyecto poco se conoce. Los interlocutores sociales, los primeros que según Caldera, iban a ser consultados, aseguran que no han recibido información al respecto, a la vez que dejan muy claro que ninguno está dispuestos a aceptar «fórmulas mágicas ineficaces». Igualmente, las comunidades autónomas ignoran el plan.

Las iniciativas barajadas por el Ejecutivo no giran sobre medidas nuevas, sino sobre otras ya señaladas en distintas ocasiones como son una mejor atención personalizada al parado por parte de los técnicos de los Servicios Públicos de Empleo (SPE), oficinas del antiguo INEM, y analizar con detención su orientación profesional. Los especialistas deberán estudiar las características del desocupado para buscarle la reinserción laboral más adecuada en sectores productivos ajenos al que trabajaba. Incluso el secretario general de Empleo, Antonio González, habló recientemente de aplicar también la movilidad geográfica.

En un principio, el Ministerio confiaba llevar su proyecto, con el visto bueno de los agentes sociales, al Consejo de Ministros del pasado 15 de febrero, pero sus pronósticos no se han cumplido. Y, la proximidad de las elecciones generales del 9 de marzo reduce el calendario para la aprobación del plan lo que supone otra dificultad añadida.