La lluvia no aguó la fiesta en la grada

La afición al motociclismo llega a su culmen en la ciudad de Jerez. El trazado jerezano se convierte año tras año, entrenamiento tras entrenamiento en la catedral de las dos ruedas para los moteros y ayer no iba a ser menos.

La mañana amaneció fría y mojada, aunque eso no impidió que un gran número de locos por el motor se diera cita en el Circuito de Jerez. De muchas nacionalidades diferentes -italianos, británicos y, sobre todo españoles-, ayer las gradas del circuito jerezano mostraron más huecos que en la jornada del sábado. La lluvia no cesaba, los pilotos poco a poco se iban retirando para prepararse bien para los test oficiales, y los moteros iban llegando al trazado.

La carretera mojada sustituyó la moto por el coche de camino al circuito, aunque algunos grupos se aventuraban y llegaban en caravana montados en sus máquinas de dos ruedas desde muchos puntos de la península ibérica. Era un simulacro de lo que se va a vivir durante el último fin de semana del próximo mes de marzo, cuando el campeonato del mundo llegue a Jerez.

Ya en zona de boxes, los más escurridizos esperaban a que sus héroes motorizados corrieran hacia sus motor home. Un grupo llegado de las Islas Canarias hizo piña para llamar la atención de Jorge Lorenzo, una vez finalizadas las tandas libres. Con los pilotos a buen resguardo de la fina, aunque incesante, lluvia, el griterío aumentó con la llegada del italiano Valentino Rossi, héroe caído del trono del motociclismo mundial, pero querido por la afición española.

Pedrosa, a resguardo

Sin embargo, había unos fans que se quedaron con las ganas de ver a su ídolo. Llegados desde Málaga, aguardaban junto al home de Pedrosa, el cual se mantuvo en su interior junto a su padre. El piloto español salió únicamente para hacerse la foto oficial del campeonato y poco más. Aún no se ha recuperado de la caída que sufrió en Malasia y el joven corredor de Repsol se quedó sin estrenarse en la segunda jornada de test en Jerez.En zona de prensa, periodistas de todas las nacionalidades ya comenzaban a hacer sus propias apuestas de cara al campeonato. Los italianos siguen con su bendición al Docttore, mientras que los locales se debaten entre Pedrosa y Lorenzo.

Con todo esto, grupos cargados de mochilas llenas de bocadillos y neveras arribaban al Circuito de Jerez. La lluvia disminuía, las gradas se llenaban y los que hacen unos días vendían gorras de Fernando Alonso ayer hacían su agosto con Rossi, Pedrosa y Lorenzo.