Las tareas domésticas siguen siendo la asignatura pendiente de los hombres españoles
Prácticamente el 100% de las mujeres dedican 6 horas al hogar y absorben demasiados roles con la incorporación a la vida laboral, lo que repercute en su salud
MADRID Actualizado: GuardarCasi el cien por cien de las mujeres de entre 45 y 65 años dedica casi seis horas diarias al cuidado del hogar, pero sólo el 71% de los hombres lo hace sin alcanzar las dos horas y media por jornada. Este es uno de los datos recogidos en el segundo Informe sobre Salud y Género 2006, dedicado este año a las edades centrales de la vida y elaborado por el Observatorio de Salud de la Mujer, perteneciente al Ministerio de Sanidad y Consumo.
La sobrecarga de roles en las mujeres y las conductas de riesgo asociadas tradicionalmente a los hombres son factores de peligro para la salud entre 45 y 65 años, según el estudio. Entre los hombres, los roles asignados apenas han variado con el paso del tiempo, mientras que la incorporación de la mujer al mercado laboral no ha supuesto para ellas un alivio de las tareas domésticas, con lo que se enfrentan a jornadas laborales dobles o, incluso, triples.
El 24% de la población española (10,82 millones de personas) se encuentra entre 45 y 65 años, franja de edad que corresponde con el ciclo vital de la madurez.
Los excesos se reflejan en la salud
El aumento de la esperanza de vida de la población, el descenso en la natalidad y el retraso en la edad de emancipación de la juventud provocan que gran parte del peso de la sociedad recaiga ahora sobre las personas maduras, tanto en el terreno productivo como reproductivo.
El informe prueba que este peso se distribuye de manera desigual en mujeres y hombres, lo que tiene importantes consecuencias para su salud. Los roles de ama de casa, cuidadora de las personas dependientes, y trabajadora remunerada suponen una sobrecarga de funciones que tiene efectos perjudiciales en la salud de las mujeres .
El exceso de trabajo y la falta de tiempo libre, los empleos repetitivos y de escaso reconocimiento social, junto con situaciones de dependencia económica van mermando la salud de las mujeres, sobre todo aquellas de las clases sociales más bajas y que sólo han trabajado en el ámbito doméstico.