CUARTO DE PALABRAS

Ventolera

Qué semana de viento... Las bolsas de plástico de las papeleras del mobiliario urbano echaban fuera las basuras y hacían tipo al compás del tres por cuatro por las calles de la ciudad. Es febrero, y como el levante no hace pipí en las aceras se ha puesto a tirar contenedores y árboles. La Aduana en cambio resiste, sólo ha desaparecido de los proyectos, y el resto de cosas raras ya va por buen camino, aunque habrá que tener cuidado con las que van por el camino del castillo de San Sebastián, allí una buena levantera puede dar con un montón de constitucionalistas al lao de los cangrejos moros. Mejor está lo del Casino Militar, que si al final no va a quedar como local de ensayo de las agrupaciones, está bien que entren todos los que puedan. El punto es el Memorial de las Libertades ¿ubicación ya! (cómo hemos podido vivir sin lo que sea eso tantos años...), en cambio la Casa de América o de Iberoamérica o de Hispanoamérica no me preocupa tanto (me conozco, vivo al lao de la Casa de Extremadura y no la he pisao en mi vida). Pero bueno, en cualquier caso las oficinas del Inem que las sigan respetando, vaya a ser que el espíritu del Doce no termine de calar.

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Habrá contribuido el viento, pero se ve que nos queda Carnaval. Ya vamos a estar otra vez de cachondeo en la calle... al final la Cuaresma es una cuestión de números, y siguen teniendo vigencia las letras. Es más, aunque la Cuaresma fuera una disposición del alma, febrerillo siempre fue majarón. Por más, que estoy escamao con la Semana Santa... le temo al Domingo de Resurrección; a partir de ahí van a levantar Canalejas e ir del Mentidero a San José va a ser una réplica de la entrada a Cádiz por el puente... ya me veo atascao en la Catedral mirando cómo planean las gaviotas... Veremos si los retos del tan ansiado Doce no nos producen más ansiedad que el levante.