Pristina se prepara para la gran fiesta
En las calles de Pristina, capital de Kosovo, bullen los rumores. Que si habrá tres días de fiesta: sábado, domingo y lunes. Que si ya están preparando una tarta gigantesca. Que si van a desbordar la ciudad más de 200.000 personas. También hay quien, como Kostriot, taxista, cuenta que su padre está preocupado y quiere hacer acopio de víveres por si pasa algo. El tráfico del aeropuerto ha aumentado un 26% y un billete a Pristina desde una capital europea puede llegar a 900 euros. Los periodistas extranjeros han llenado los hoteles. La independencia está al caer, nueve años después de la guerra, y se espera el gran día con tensión e incertidumbre.
Actualizado: GuardarLos políticos, que llevan jugando meses con la famosa fecha, no hacen más que marear la perdiz para seguir alimentando la ilusión. Un ejemplo es lo que dijo ayer el primer ministro, Hashim Thaci, a la pregunta de si sucederá por fin el domingo: «El Gobierno trabajará también el fin de semana y todos nuestros potenciales están activos, en el tiempo establecido estaremos preparados. Kosovo está listo desde hace ocho años y también lo estará en los próximos días». Más realista fue el portavoz parlamentario del segundo partido kosovar, LDK, Sabri Hamiti: «La simple verdad es que las instituciones no son capaces ni tienen competencias para anunciar el día de la independencia, será decidida en coordinación con EE UU y la UE».
En el lado preocupante, la televisión croata y la agencia Reuters han informado de la presencia de grupos paramilitares serbios en el norte, extremo desmentido por la Policía kosovar. En cuanto a la explosión de tiros festivos al aire que se preveía, Thaci fue ayer prudente: «El mundo nos mirará, no se permitirán disparos ni fuegos artificiales, podrían molestar a las comunidades no albanesas». En teoría, sólo sonará el Himno a la alegría, de Beethoven.