El café de don Miguel
Ya era hora, don Miguel, de que alguien denunciara este tema. Ya no se sirve como antes y, como usted muy bien decía el otro día, la manteca colorada, no colorá como dice el populacho, ya no se unta como antes... cuanta nostalgia, don Miguel. Como se nota, por sus palabras, que es usted todo un señor.
Actualizado: GuardarBueno, don Miguel, y eso con la manteca, si viera usted como me sirvieron el otro día una de chocos, sin limón, don Miguel, sin limón, figúrese hasta donde llegó mi indignación como caballero español... Pegué dos palmetazos y exigí que viniera el dueño para mostrarle mis quejas... y vino un chino, don Miguel, un chino.
Es verdad, ya lo decía nuestra Gracita Morales, cuando el cine era cine, «que mal está el servicio».
Don Miguel Arias Cañete, ex ministro de agricultura con el Partido Popular y todo un señor como los de antes, como demuestran sus palabras, se quejaba el otro día de los males que ha traido la inmigración a la patria. Don Miguel, en una esas declaraciones que retratan a la gente sin necesidad de añadir nada más, se quejaba con poco disimulada nostalgía de que los camareros de ahora, muchos de ellos inmigrantes y gente incluso con pirsin en las orejas, no te sirven el café como Dios manda.
Quizás, don Miguel, eche de menos cuando los camareros y mucha gente más tenían que agachar la cabeza cuando llegaba el señorito andaluz que, si el servicio era bueno y la manteca colorada estaba en su punto, pues quizas le tirara dos gordas al suelo de propina para recordarle quien está en un sitio y quien en otro, quien tiene la gracia de Dios y quien la desgracia.
España tiene un problema, el servicio está fatal y el café le llega frío al señorito andaluz. Estoy seguro de que si don Mariano Rajoy gana las elecciones pondrá remedio a este problema y don Miguel no tendrá nostalgia de cuando le servían el café calentito, con crema, como a él le gusta. Quizás haya que recuperar, incluso, la figura del criado.
Me va a permitir don Miguel que, con el debido respeto le de un consejo... si el café le llega frío, comprese un termo, don Miguel, comprese un termo.