Tres tiroteos causan catorce muertos en una jornada negra en EE UU

Las armas de fuego han vuelto a sembrar el pánico y teñir de sangre lugares tan dispares como un ayuntamiento o las inmediaciones de un centro educativo en Estados Unidos. En menos de 48 horas, la tragedia marcada por el libertinaje abanderado por la vaga regulación en lo que a posesión de armas se refiere se ha cobrado la vida de 14 personas. El pasado jueves, un hombre armado irrumpió en el Ayuntamiento del condado de Kirkwood en San Luis ( Missouri), y segó la vida de dos policías y tres asistentes municipales antes de ser abatido. Al otro lado del país, en Los Angeles, otras cinco personas murieron en el tiroteo desencadenado en una vivienda, incluidos un agente de Policía y el hombre que había matado a tres familiares. Para poner la guinda a este sangriento pastel, tres mujeres morían ayer en un nuevo altercado registrado en la Universidad Técnica de Louisiana, en Baton Rouge, la capital del estado.

En el primer caso, un hombre mató a tiros a cinco personas e hirió a otras dos. El agresor fue identificado como Charles Lee Thornton por una periodista del diario St Louis Post Dispatch que cubría el pleno, Janet McNichols, quien dijo que Thornton asistía a menudo a las reuniones municipales y solía increpar al alcalde. «Entró en la sala gritando algo acerca de matar al alcalde y se puso a disparar contra todo el mundo», explicó McNichols. El alcalde de Kirkwood, Mike Swoboda, también fue alcanzado por los disparos.

Mientras tanto, el pasado miércoles en Los Angeles, un hombre llamó a la Policía de la ciudad y confesó haber matado a tres familiares. Minutos más tarde disparó a destajo contra un equipo de agentes que intentaba entrar en la vivienda, donde el asesino se había atrincherado. Un policía murió y el atacante fue abatido por las fuerzas del orden durante el intercambio de disparos.

Por último, ayer una joven estudiante mató con un arma de fuego a dos chicas en la Universidad Técnica de Louisiana, en Baton Rouge, y después se suicidó. Según testigos presenciales, las víctimas, estudiantes de enfermería, estaban en clase, sentadas en sus mesas, en el segundo piso del centro universitario cuando la mujer entró en el aula donde había más de veinte estudiantes y abrió fuego. Minutos más tarde, la atacante se suicidó. De momento, se desconocen los motivos de la tragedia.

Este es el último tiroteo que ha tenido lugar en los últimos meses en centros docentes, o que ha ido dirigidos contra escolares en EE UU recordando las históricas tragedias de Columbine y Virginia. A mediados del pasado mes de diciembre, seis estudiantes resultaron heridos al ser atacados a balazos por desconocidos cuando bajaban de un autobús en Las Vegas. Apenas un mes antes, un joven de 14 años armado dejó a cinco personas heridas en una escuela de Ohio.