Que no la tiren
A mí me da pena, la verdad, que tiren el edificio de la Aduana. No entiendo cómo pueden tener tan claro que sobra. Ya se sabe que Cádiz tiene un enorme problema con el espacio, pero esa no es una excusa. Tampoco es una excusa decir que la intención es que la Plaza Sevilla recupere su antiguo aspecto. Ni decir que, al fin y al cabo, es un edificio relativamente moderno. No son razones. Algunos recordamos en estos días cuando, a principios del siglo pasado, se derribó gran parte de las antiguas murallas de Cádiz. Y también cuando en el siglo XVII se destruyeron las ruinas romanas de la Caleta. Es posible que no sea comparable una cosa con otra, pero quién sabe si dentro de un siglo el edificio de la Aduana no sea una verdadera reliquia. De hecho, expertos aseguran que tiene un notable valor arquitectónico, ¿por qué no se les hace caso?
Actualizado: GuardarNo me gustan, me duelen, estas barbaridades que se han cometido con tantos y tantos edificios, algunos casi monumentales, de las ciudades. Cuántas casas antiguas se han derribado para construir horrorosos bloques de pisos donde hacinar a la gente. Cuántas construcciones hermosísimas se han venido abajo por la desidia de las autoridades.
Quieren tirar la Aduana Vieja para que la Plaza Sevilla sea como antiguamente. Bien, si queremos que todo sea como antiguamente, podríamos aniquilar Cádiz entero para que fuera como antes de que llegaran los Fenicios. Si queremos que Cádiz tenga más espacio, también podemos tirar la Catedral, y hacer allí unas cuantas viviendas. ¿Qué hubiera pasado si, a los cincuenta o sesenta años de haberlas construido, hubieran decidido quitar de enmedio las Puertas de Tierra, alegando que no son suficientemente antiguas?
No creo que ese sea el camino. La Aduana merece un trato menos despectivo, por su calidad arquitectónica y porque está instalada ya en nuestros recuerdos. Y cuando caiga, por más parque y jardines que hagan, estoy segura de que la echaremos de menos.