La huelga de Comes dejará hoy a 30.000 personas sin autobús en pleno Carnaval
El primer día de paro se saldó con 27 lunas rotas, un corte en el puente Carranza y problemas de circulación Los vehículos de Tranvías también sufrieron ataques a primera hora y la dirección denuncia el caso a la Policía
Actualizado: GuardarUno, dos, tres, cuatro, cinco... Y así hasta 30.000 personas mirarán hoy a la carretera esperando que venga el autobús y podrán seguir mirando todo el fin de semana porque su línea no llegará. Los trabajadores de Transportes Generales Comes iniciaron ayer su huelga general de cinco días (1, 2, 3, 9 y 10 de febrero son las fechas previstas) en protesta por la no renovación del convenio colectivo. La suma de todos los días de paro podría dejar sin servicio a unos 95.000 usuarios, casi un tercio en el día de hoy, que es la jornada grande del Carnaval.
La dirección de la compañía calcula que el calendario ocasionará una pérdida de recaudación de 200.000 euros (los datos de viajeros y de caja corresponden a lo registrado en años anteriores por estas mismas fechas) y avanzó que un golpe económico de esta magnitud puede traer consecuencias (Comes arrastra pérdidas en sus cuentas por un millón de euros).
Una vez rota la negociación, los trabajadores seguirán con su programa de protestas y la semana próxima decidirán las nuevas medidas que adoptarán en caso de continuar la crisis. Hace cuatro años, en un conflicto que acabó incluso con el cese del gerente de la empresa, los empleados pararon por completo durante 17 días.
Pero eso fue hace cuatro años. No había amanecido aún el 1 de febrero de 2008 sobre Cádiz cuando el primer día de paro de los conductores de Comes pasó de crónica laboral a noticia de sucesos, con graves incidentes y 27 lunas de autobuses rotas. Sobre las seis y media, un grupo de personas vinculadas al conflicto (los piquetes de toda la vida) cortó durante unos minutos el tráfico en el Puente Carranza. Unos minutos después, los primeros autobuses de Comes que salían de las cocheras de Zona Franca para cumplir los servicios mínimos tuvieron que regresar porque ocho de ellos se quedaron sin cristales y porque había un bidón en llamas en su camino. El comité de empresa se ha limitado a decir que la situación escapa a su control. También a esa hora, antes de que amaneciera, se produjeron los daños colaterales, cuando otros 10 vehículos de Tranvías sufrieron los ataques de unos desconocidos. El caso está denunciado ante la Policía, pero fuentes de esta otra empresa confirman que cuatro casos se produjeron al pasar por delante de las cocheras de Comes. El resto, en pleno servicio y en algún caso con pasajeros en su interior. No había salido el sol y ya había 27 lunas menos.
La empresa, a través del gerente, Julio Álvarez, denunció haberse sentido «desamparada» por las fuerzas de de seguridad, ya que no «defendieron los intereses de los ciudadanos garantizando el cumplimiento del servicio mínimo».
Ya con la luz del día, vino la calma. Más o menos. Porque a partir de las 11 de la mañana, unos 300 trabajadores (la plantilla de Comes es de unas 280 personas) , amigos e incluso compañeros de Tranvías y de Delphi se manifestaron por las calles de Cádiz.
No sin cierta polémica por el recorrido (Subdelegación desvío la parte inicial de la marcha desde la Plaza de Asdrúbal hacia el Paseo para evitar el atasco en la Avenida; sin embargo, después tomó Puerta de Tierra y la Cuesta de las Calesas hasta el Ayuntamiento de forma sorprendente), los empleados centraron sus ataques en lo que fue la gran causa del fracaso en la negociación: la jornada laboral.
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