Viqueira. / JUAN CARLOS CORCHADO
Deportes

Emilio Viqueira, epicentro azulino

El gallego dejó una asistencia de gol, mucho criterio, todo tipo de pases y falta de ritmo tras el descanso El flojo potencial del ataque rival no permitió que Aythami demostrara lo que sabe hacer sobre el campo

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Si el simulacro de partido se puede tomar como referente, Emilio Viqueira se convertirá - en cuanto adquiera un poco de fondo- en la brújula, el epicentro o el timón de este Xerez Deportivo. Lo hará, primero, porque el gallego tira de galones para ofrecerse y pedirla constantemente a la pareja de centrales; y segundo, porque el chip de los azulinos ha cambiado rápido, y buscan a Viqueira en todas las jugadas. Si se inicia la jugada, se mira a Viqueira; si no se encuentra el camino, se mira a Viqueira; si están agobiados por la presión y se meten en un callejón sin salida, se mira a Viqueira; si se produce una jugada a balón parado, Viqueira, Viqueira y Viqueira. El gallego aparecía por todas partes. Especialmente durante la primera partes. Y es que si Emilio suspendió en algo, fue en el apartado físico. En lo que respecta a resistencia, al centrocampista se le notó algo cansado en los minutos que disputó durante la segunda parte. Casuco cambió a todo el equipo en el descanso salvo al gallego, que fue sustituido al dar los primeros síntomas de cansancio

El último refuerzo azulino ocupó una plaza en el centro del campo formando pareja con Samuel en el doble pivote. El gallego tuvo muchísima más presencia que el asturiano, pues sus apariciones eran constantes. Además, ofreció soluciones diferentes a las que hasta ahora había entre los centrocampistas de la plantilla azulina. Viqueira se ofrecía y pasaba, tocaba y se desmarcaba, como una especie de tejedora avanzó en muchas ocasiones a base de paredes. Pero el repertorio no se acabó ahí, pues fueron muchísimas las ocasiones en las que optó por el pase en largo, dejando al descubierto su magnífico desplazamiento de balón. El porcentaje de pases acertados fue demoledor, pues del medio centenar de pases al compañero, sólo una decena de ellos no llegaron al punto deseado. Esto quiere decir, que Emilio sólo suele fallar uno de cada cinco pases que intenta, algo que dará mucha seguridad al centro del campo xerecista. Por si fuera poco, uno de ellos acabó en gol -tanto anotado por Pedro Ríos-, por lo que hay que apuntarle su primera asistencia en su nueva etapa como azulino.

En el apartado de lanzamientos de faltas y saques de esquina no tuvo tanto éxito, aunque es cierto que una jugada a balón parado desde unos 35 metros estuvo cerca de lograr marcar, pues nadie desvió la trayectoria de su lanzamiento y se fue rozando el palo.

Tras sesenta minutos de juego -que a los 1.500 azulinos que pobaban las gradas les supieron a poco- Viqueira abandonó el terreno de juego escuchando su primera ovación, y habiendo demostrado que podría ofrecer con garantías muchos minutos en Albacete.

Aythami, poco y bueno

El otro foco de atención se giraba hacia Aythami. El defensa central disfrutaba de sus primeros minutos con la camiseta del Deportivo en partido oficial, y también demostró con suficiencia que incluso podría estar este sábado en el equipo titular que salte al Carlos Belmonte. De hecho, Casuco contempla seriamente esta opción, pues debe buscar un sustituto para Vicente Moreno, que no podrá jugar sancionado (Bajic también dejó una buena actuación). La fragilidad del conjunto rival -pese al gol inicial-, ni mucho menos permitió ver el auténtico nivel del central. Prácticamente no entró en juego, salvo para iniciar las jugadas desde la defensa en los balones que Chema ponía en el piso. En esas pequeñas pinceladas se dejó ver un central ágil, rápido, algo menos contundente que Verdés, pero con velocidad. Nunca fue superado en el uno contra uno, pero lo cierto es que muy pocas veces lo intentaron. Subió al ataque en todas las jugadas a balón parado, pero tampoco en ninguna pudo demostrar nada más que un salto potente.

Y es que Viqueira acaparó todo el protagonismo en los minutos que estuvo sobre el terreno de juego, y durante la primera parte, la línea defensiva sólo tuvo problemas cuando los ucranianos olvidaron, a base de duras entradas, que se trataba de un encuentro amistoso.