Japón cinco jotas
Takamitsu Ushiroyatsu y Wataru Ogari tienen un trocito de Andalucía en Tokio. Enamorados de la cultura española, poco a poco se han ido nutriendo de su riqueza y han convertido esta admiración en su profesión. No les va mal: son el ganador y finalista del concurso de cortadores de jamón de Japón. El esdrújulo camino que lleva a un tokiota a convertirse en un maestro del corte comenzó cuando, de muy jóvenes, viajaron por primera vez a Andalucía con la que sintieron un amor a primera vista. «Las raíces españolas son especiales. El genio de su gente, su pasión por la vida. Me quedé prendado de cada rincón», comenta Ogari mientras cata uno de los vinos jóvenes de las Bodegas Osborne de El Puerto.
Actualizado: GuardarLos dos han hecho de esta pasión una inversión y regentan restaurantes españoles en Tokio, en los que el jamón y el jerez son las especialidades de la casa. Por ello, decidieron hacerse expertos en ambas materias. De forma autodidacta Takamitsu Ushiroyatsu y Wataru Ogari aprendieron a cortar jamón y a venenciar como «auténticos españoles».
Su esfuerzo se fue recompensada el pasado 5 de noviembre cuando ambos obtuvieron el primer y segundo premio del Concurso de Cortadores de Jamón organizado por la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, a través de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda), en Japón.
Ayer estos expertos en el arte del jamón visitaron, como parte de su premio, las bodegas Osborne en El Puerto de Santa María y, hoy, visitarán las instalaciones de Sánchez Romero Carvajal en Jabugo.
Durante la visita de ayer protagonizaron un mano a mano con los venenciadores profesionales de Osborne, en el que a nadie le tembló el pulso. Los propios empleados de la bodega se quedaron maravillados con el arte de estos japoneses. La estampa de Takamitsu Ushiroyatsu y Wataru Ogari inmersos en el antiquísimo arte de venenciar era, como poco, curiosa. «Arigatô» fue la palabra más repetida durante toda la visita en la que la barrera idiomática se venció gracias al deseo de integración de estos dos japoneses que se sienten ya medio españoles.
Detrás de esta atípica historia de dos japoneses expertos en jamón y jerez hay una importante base empresarial con visión de futuro. Ambos se percataron de la gran devoción que los japoneses profesan a todo lo andaluz, «comenzando por el flamenco», según explica Ushiroyatsu. Pero existe un gran «vació en el mercado japonés», y es que apenas hay empresas dedicadas a explotar allí la cultura española. «Queremos ampliar la oferta para que todos tengan la oportunidad de probar la gentileza de la tierra andaluza», adelanta.