Atemorizando

ace dos fines de semana tenía que haber acabado el Dakar. No ha sido así por amenaza terrorista. En nuestra tierra conocemos bien qué significa eso, pues en una tierra donde el ciclismo es uno de los deportes preferidos, llevamos 30 años sin que la Vuelta pase por nuestras carreteras. La última vez que se corrió por aquí, a finales de los años 70, la última etapa tuvo que suspenderse, e Hinault ganó su primera de las grandes. Todos sabemos que si hubiera habido un final en Bilbao habría muchos, muchos problemas. No se dará el caso. Un ejemplo más de una sociedad atemorizada. Un ejemplo más de cómo el terrorismo gana batallas todos los días.