La crisis Global, por César A. de los Ríos
El Partido Popular había decidido dedicar a la economía la máxima atención en los debates electorales. Más que al antiterrorismo incluso. Los expertos pensaban que podía ser interpretado como oportunista dar un relieve prioritario al fracaso del proceso de paz, a las conversaciones con ETA, al olvido de las víctimas... La ruptura de la tregua y el giro en la política antiterrorista deberían ser denunciados o como muestras del oportunismo del Gobierno, pero en definitiva la rectificación no aconsejaba dedicarles una atención excesiva en los debates.
Actualizado: GuardarTampoco debería ser la cuestión territorial el tema estrella y concretamente el estatuto catalán ya que el PP había defendido el cambio del modelo de Estado al apoyar los estatutos de las comunidades valenciana y andaluza. Por otra parte, la clientela popular tenía claro el fracaso del Gobierno en estas materias.
En estas circunstancias los problemas económicos aparecían como aquellos que podían convencer más a un electorado fronterizo, de centro. Se había llegado a la conclusión de que estos problemas son los más sentidos por los ciudadanos. Algo por demostrar cuando la experiencia nos ha venido dando que nunca han sido los decisivos para los grandes cambios del electorado.
En realidad la elección de la economía como el terreno, no exclusivo por supuesto aunque sí principal, se ha debido a las posibilidades que da a un lenguaje menos agresivo, menos aristado, menos dramático y por lo mismo a la creación de una imagen más respetable de la derecha. Por lo mismo la elección de una figura como Pizarro podía ser presentada como competidora con Solbes al que Zapatero ya había designado como futuro vicepresidente.
Esta opción por la economía como cuestión central iba bien hasta que hace unos días estalló la crisis financiera internacional en la que el caso español aparecía como un hecho dependiente. Las razones de la crisis venían de fuera y también de fuera tenían que venir las soluciones. En estas circunstancias, el aumento del IPC, el parón de la construcción, la subida del desempleo y el encarecimiento del dinero deberán ser presentados por los dirigentes del PP como factores de gran relieve, originados por la política de Zapatero. De lo contrario, la elección de la economía como el gran argumento habrá sido pólvora mojada.