Zapatero anuncia que reducirá 400 euros en el IRPF a trabajadores y pensionistas
Fija el mes de junio como tope para la devolución de la cantidad prevista a cada contribuyente El jefe del Ejecutivo y candidato a la reelección asegura que Rajoy es un líder débil que teme a Aznar
Actualizado: GuardarEl presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se sumó ayer a la subasta fiscal y electoral que ha abierto Mariano Rajoy, y anunció que si renueva su mandato, habrá una reducción de cuatrocientos euros en el IRPF para los trabajadores y los pensionistas. El presidente del Gobierno se jactó de que «va a ser la primera vez» que Hacienda «devuelve recursos a los ciudadanos».
La promesa sumió en la confusión en un primer momento a los asistentes a la Conferencia Política del PSOE porque Rodríguez Zapatero habló de «una devolución de 400 euros», lo que dio pie a todo tipo de interpretaciones. Todo se aclaró cuando responsables de la elaboración del programa electoral precisaron que se trata de tributar 400 euros menos en el IRPF, una cifra que para las personas de ingresos bajos es importante, pero que es irrelevante para los que tengan mayores retribuciones. La medida se aplicará a partir de junio del próximo año a todas las rentas del trabajo y a los pensionistas, es decir unos 13 millones de declarantes, y tendrá un coste del orden de los 5.000 millones de euros.
'Mileuristas' beneficiados
La reducción se aplicará en la cuota del IRPF, de modo que muchos de los llamados mileuristas dejarán de pagar este impuesto porque con esa reducción tendrán ingresos por debajo del mínimo exento, y los que aún así tengan que tributar disfrutarán de una reducción sustancial. Del mismo modo, un buen número de pensionistas dejará de abonar este impuesto o pagará cantidades poco significativas. En cambio, los declarantes con ingresos altos apenas notarán la diferencia porque una merma de 400 euros en retribuciones, por ejemplo, por encima de 50.000 euros al año tendrá una repercusión mínima.
Rodríguez Zapatero calificó la medida de «bien progresista y progresiva», y que demuestra que la economía, pese a las turbulencias actuales, «ha sido bien gestionada». Fuentes socialistas incidieron en este aspecto y destacaron además que uno de los objetivos de la reducción es extender la convicción de que no hay riesgos de recesión ni de crisis económica frente a los augurios pesimistas del PP. Estas mismas fuentes señalaron que era necesario que el presidente del Gobierno hiciera un anuncio concreto en materia de impuestos ya que Rajoy ha hecho varios, si bien sin precisar cómo los llevará a cabo.
Rodríguez Zapatero, además de hacer un repaso al cumplimiento de sus compromisos en la legislatura recién acabada y desgranar los de la próxima, también dedicó la habitual dosis de puyazos a Rajoy. Intentó ridiculizar su «aparente firmeza» porque detrás se esconde «una gran debilidad» que motiva que «desconfíe de todos». Indicó que su mandato al frente del PP no ha logrado unir a ese partido porque «el liderazgo que une es el que nace de las urnas», pero cuando ese liderazgo es «fruto de un dedo sucede lo que sucede: que se tiene miedo a quien lo puso y miedo a quien puede sucederle».
División
El presidente del Gobierno contrastó la, a su juicio, división en el partido opositor con la cohesión del Partido Socialista. Algo, añadió, que los populares «no entienden» porque creen que la unidad «nace del interés, del miedo o de la aversión al contrario», cuando lo cierto es que «la unidad nace de la fuerza de las ideas, del compromiso con los valores y del interés general puesto por encima de los intereses particulares».
José Luis Rodríguez Zapatero, sin embargo y contra lo que es de costumbre, no se llevó los mayores aplausos de la jornada, se los ganó el ministro de Trabajo y coordinador electoral cuando arremetió contra los sectores conservadores de la jerarquía católica. Caldera defendió la laicidad del Estado porque así como «la Iglesia no toleraría la injerencia de las leyes del Estado en el catecismo, nosotros no podemos aceptar la sustitución de las leyes del Estado por el catecismo». Los asistentes de pie ovacionaron con notorio entusiasmo al dirigente socialista.