ESCENARIO. Varios palestinos intentan cruzar un camello por el paso. / EFE
MUNDO

Hamas vuelve a destruir la frontera de Rafah poco después de cerrarla Egipto

El Cairo convoca un encuentro entre radicales y Al Fatah para buscar una solución urgente

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«El despliegue de las fuerzas antidisturbios egipcias bloqueando el paso de palestinos en toda la frontera de Gaza, a excepción de un corredor, y su posterior retirada frente a lo que se preveía como una avalancha humana demostraron ayer el poco margen de maniobra que queda a Egipto para dar una solución a la brecha abierta la madrugada del miércoles.

Atrapado entre las críticas de Israel y Estados Unidos, y también entre la frustración en ciernes de los vecinos de Gaza, el presidente, Hosni Mubarak, no dio ayer ninguna explicación oficial para justificar la actitud de sus tropas. Tan sólo trascendió su invitación para acoger «de forma inmediata una conferencia en la capital entre Hamas y Al Fatah para que haya una reconciliación entre hermanos», que fue aceptada en principio por el jefe espiritual del Movimiento de Resistencia Islámica exiliado en Damasco, Jaled Meshal. El mismo que el lunes se dirigía a través de la televisión Al-Jasira «a su excelencia presidente Mubarak» para exigirle hacer «algo» que quebrara el boicot.

Mubarak improvisaba así una iniciativa con la mirada puesta en el apaciguamiento de su propia opinión pública y en la perpetuación, cada vez más discutida, de su papel como líder del mundo árabe. «Egipto, como un estado árabe pionero» -añadía con frases grandilocuentes- «no puede abandonar sus responsabilidades panárabes y rechaza el castigo colectivo a todo el pueblo palestino». Y en actitud desafiante ante las amonestaciones que ha recibido, reiteraba su estribillo de que «la situación de Gaza es inaceptable: lo que deben hacer -en referencia al Estado judío y a los norteamericanos- es volver las cosas a la normalidad, según los acuerdos y entendimientos previos».

«Otra vez a su jaula»

«Una vez que los palestinos han visto esa frontera abierta, y habrá que devolverlos otra vez a su jaula, nadie sabe cómo va a acabar esto», escribía ayer el analista Smadar Peri en el diario israelí 'Yedioth Áhronoth'. Desde la franja, el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Al Azhar,

doctor Mkhaimar Abu Sada, dibujaba un escenario desolador. «La consecuencia de lo que ha hecho Egipto será una fricción política aún mayor entre Al Fatah y Hamas, una brecha de separación todavía más grande entre Cisjordania y Gaza: a los dos años de las elecciones, Hamas está más reforzada que nunca. Está adueñándose de lo ocurrido en Rafah como una victoria.

En brazos de su renovada gloria, Hamas se crecía ayer ante la muchedumbre que se acercó al paso de Rafah temiendo el cierre, para abrir con los bulldozer nuevo boquetes salvadores a medida que los egipcios iban sellando los anteriores. «Insistimos y urgimos a nuestros hermanos egipcios a que debe haber un mecanismo que permita el tránsito de personas y bienes por este cruce de una manera legal y organizada», proclamaba uno de los portavoces del Movimiento, Taher al Nono.